Para la concepción del universo oriental, el Vacío se entiende de una forma completamente diferente a como se la entiende en Occidente. El Vacío es el complemento de la materia, un elemento constitutivo del ser, una parte de la vida que revela su forma total.
Por: Derian Passaglia
Bada Shanren (1626 – 1705) fue un pintor chino nacido con el nombre de Zhu Da. A lo largo de su vida usó distintos seudónimos, pero el más conocido resultó finalmente el de Ba Da Shan Ren (ermitaño del Gran Octavo). Otros seudónimos con los que firmó sus obras fueron Lu (mono), Wu Lu (mono en casa), Xue-Ge (copito de nieve), Ge Shan (esta montaña). Bada Shanren era todo un personaje.
Cuando cayó la dinastía Ming (1644), ingresó en un monasterio budista por razones políticas, ya que su familia estuvo muy ligada a la dinastía Ming, y de esa manera pudo huir de las persecuciones. Después de que se le murió el papá, Bada Shanren perdió el habla, o en realidad no se sabe si lo perdió o se hacía el loco, el que no podía hablar, como si de repente se hubiera vuelto mudo. Se comunicaba mediante gestos y no mucho más. Quizá por dentro se reía de todos.
Su obra no fue verdaderamente valorada sino hasta entrado el siglo XX. En su pintura, sencilla y de pocos trazos, hay influencia de la filosofía china más tradicional: budismo, taoísmo, confucionismo. El concepto del Vacío es clave para comprender la pintura de este artista. Para la concepción del universo oriental, el Vacío se entiende de una forma completamente diferente a como se la entiende en Occidente. El Vacío es el complemento de la materia, un elemento constitutivo del ser, una parte de la vida que revela su forma total.
En Gato y mariposa pareciera que el gato flotara en el centro de la obra con la mariposa cazada en la boca, mientras la blancura a su alrededor muestra el momento exacto del acto. Sus flores, sus paisajes, sus ramas de árboles están pintados con unos pocos trazos, incluso es visible el movimiento de la mano, la mayor o menor fuerza en la tinta más o menos oscura sobre el rollo de papel de seda.
En Dos peces el Vacío, además de constitutivo, se vuelve visible. Los peces están dibujados en mitad de la obra y todo el vacío alrededor debe imaginarse como mar. No hay líneas ni ningún otro trazo que indique el movimiento de las olas o el agua. El mar está ahí, con los peces, aunque no lo veamos.
