Paranaländer pertenece a los fideístas radicales, esos fanáticos del credo quia absurdum, cuando de poesía se trata, como es el bello caso de los atlantes guaraníes.
Por: Paranaländer.
Rosicrán nos contó en Ñande Ypy Kuéra (1929) que los gemelos Tupi y Guarani eran sobrevivientes de la Atlántida platónica que, atravesando los océanos a través de los senderos secretos, llegaron a Amerindia e iniciaron dos pueblos hermanos que llenarían las toponimias de Brasil y Paraguay a posteriori.
Un crítico despistado y un lector escéptico o no lo suficientemente perverso, pensarían que los poetas mienten siempre (y con ganas de abusar de la licencia poética).
Sí mienten, pero apoyados en un colchón común de ideas que la época -en que les ha tocado nacer y vivir y gestionar sus pobres y opacas vidas- ha alimentado, promovido y adulado.
Aquí intentamos traer a la palestra esas ideas -falsas, inverosímiles, disparatadas- que circularon por las cabezas de nuestros poetas de entonces.
Uno de esos poetas disparatados es Alejandra Guanes y sus razas humanas:
“las dos primeras razas humanas fueron, puede decirse, enteléquicas, para nosotros. No alcanzaron al plano físico, no llegaron a tener cuerpos materiales.
La tercera raza está simbolizada por Adán. Tuvo ya cuerpo físico. Esta raza fue llamada lémur. Sus últimos restos son los negros.
Le sucedió en la evolución la atlante, cuarta y mediana del cielo de siete razas en que evoluciona la humanidad. La raza amarilla son sus restos. Y apareció, por fin, la raza aria, cuya espiritualidad creciente, siglo tras siglo, testifica su aproximación a Dios”.
Otro atlantófilo fue, al parecer, Imbelloni (Las realidades de la Atlántida, Buenos Aires, 1947):
“El 4° punto de Gamboa funda la existencia de la población aborigen en América como un efecto del deslizamiento hacia occidente de las gentes que poblaban la Atlántida: y ahora se llama Indias de Castilla o América”.
Luis A. Lohner es el que describe el sendero:
“Al este hemos dejado sucesivamente Tacurupucú, sobre las aguas del Río Paraná; Itaquyry, centro comercial de la poderosa compañía La Industria Paraguaya, cuyas tierras del oro verde se extienden entre el Paraná y el Ypané, Desfilan Ybyrarobana, Carapá, Ypejhú, Itanará, Vista Alegre, San Fernando, para terminar en la zona de Cerro Corá, que los indígenas llaman Ybymbyté o centro de la tierra”.
Cándido Núñez en La historia de la raza guarani, Concepción 1946:
“Esto da lugar para determinar o clasificar que pertenecen a una raza blanca originaria de los semitas y de los arios, antiguos pobladores del Asia y del norte de África de quienes descienden así mismo los árabes, los sirios y los fenicios. Existen además la creencia de que los guaraníes descienden de los fenicios”.
Fuente: Paraguay Histórico, año 1959, n° 2, Asunción, Paraguay (Material difundido por el Instituto de Historia y Museo Militar del Ministerio de Defensa Nacional).
