La cumbia peruana, como todo el género, proviene de Colombia. Pero al cambiar las condiciones materiales y el contexto, en Perú la cumbia se autonomiza y adquiere sus propias características. Orquesta Kaliente de Iquitos practica la cumbia amazónica, incorpora ritmos afrolatinos y rock psicodélico.
Al norte del Perú, en la provincia de Maynas y el departamento de Loreto, se ubica la ciudad de Iquitos, capital del distrito homónimo. Pertenece a la Amazonia peruana y es la séptima ciudad más poblada del país con casi medio millón de habitantes. Iquitos, en el idioma nativo de la lengua vernácula, significa “multitud separada por las aguas”, nombre que recuerda a la Mesopotamia o a la provincia de Entre Ríos. Para mediados del siglo XVIII los pueblos indígenas napeanos, yameos e iquitos observaron el asentamiento de jesuitas en las orillas del río Nanay. De ese lugar es originario el grupo de cumbia Orquesta Kaliente.
La cumbia peruana, como todo el género, proviene de Colombia. Pero al cambiar las condiciones materiales y el contexto, en Perú la cumbia se autonomiza y adquiere sus propias características. Orquesta Kaliente de Iquitos practica la cumbia amazónica, incorpora ritmos afrolatinos y rock psicodélico. El caribe, las playas, el sol caliente, las camisas y bermudas blancas del centro del continente llegan de una manera salvaje a la humedad oscura de la selva y los montes del altiplano. Orquesta Kaliente de Iquitos nace con el cambio de siglo, en 2001, con las torres gemelas ya reducidas a hierro caliente y cenizas.
La cumbia de Orquesta Kaliente es parecida a la cumbia santafesina, aunque su instrumento principal no es el acordeón a piano, sino el órgano eléctrico que recuerda tal vez a grupos de la década de los noventa como Amar Azul. El órgano de Orquesta Kaliente es histérico, potente, inquieto. Como en la cumbia clásica, el sonido alegre no se corresponde a la tristeza de las letras, una yuxtaposición contradictoria que define al género. El logo de Orquesta Kaliente es un fueguito con lentes negros con una guitarra eléctrica entre las manos.
El uso de las trompetas es frecuente en temas como “El embrujo”, un clásico que fue reversionado por Los Palmeras. La voz es suave y desagarrada, implorante, ideal para cantar a los gritos una noche de borrachera, con los dedos humeantes por un cigarro. La voz se intercambia, a veces masculina, a veces femenina, pero el tono no cambia: un reproche resignado hacia el objeto que se invoca con amor y odio. La cumbia de Orquesta Kaliente de Iquitos parece llegar desde lejos, como la nostalgia.