Animal es una miniserie documental de cuatro capítulos disponible en Netflix. Cada capítulo se centra en distintos animales: grandes felinos, cánidos, marsupiales y pulpos. A su manera, cada uno de ellos recuerda al comportamiento del ser humano, y su relación es por ausencia y oposición. Hay grandes llanuras y árboles de corteza gruesa, hay playas en de agua clara en mares del sudeste asiático, hay un continente entero que parece de otro planeta, hay aullidos y gruñidos, hay manadas que corren campo traviesa bajo el sol tremendo de una tierra seca.
Las que se encargan de cazar el alimento para sus crías son las leonas. Lo hacen en grupo, con una estrategia clara. Cada leona sabe bien el lugar que ocupa en la jerarquía. Mientras que dos leonas apuran a un grupo de búfalos que escapan, otras dos esperan agazapadas atrás de unos arbustos. Esperan escalonadamente, si a una se le escapa la presa, atrás aparece la otra para voltear de un tarascón a su alimento. Las leonas no eligen una víctima como los guepardos, que se divierten como en el bingo al momento de cazar. Los guepardos son los felinos más rápidos y por eso pueden degustar los platos más ricos de la sabana.
Los cánidos se parecen a nosotros en que establecen vínculos de afecto con los de su misma especie. Las zorras hembras tienen que alimentar a sus crías, y los zorros machos revuelven la basura en las calles de pueblitos ingleses o esperan la buena voluntad de alguna vecina amable que les da una pata de pollo. El primer contacto entre humanos y cánidos podría haberse dado por algo parecido a esto. Muchos lobos son expulsados de la familia, o algunos miembros se alejan voluntariamente. Su lenguaje corporal es muy expresivo, y para dar a entender que no quieren problemas se tiran al suelo y muestran la panza. El primer contacto entre un cánido y un ser humano pudo haber sido a través de una caricia de panza.
Los marsupiales conquistaron un continente entero y descienden de los dinosaurios. La variante más grande la especie tiene una bolsa en el estómago donde se termina de desarrollar la cría. Los canguros rojos pueden alcanzar una velocidad de sesenta kilómetros por hora, y sus depredadores no pueden alcanzarlos. Al menos no a todos, siempre alguna hembra con su cría se queda atrás, porque no es fácil llevar un hijo en las entrañas mientras se escapa de la muerte. Para demostrar poder, los canguros se paran en dos patas, levantan la cabeza al cielo y gritan. Canguros solitarios rondan el territorio de un canguro rey con sus hembras y crías. Si el tamaño y el poderío del canguro rey no los espanta, pelean hasta la muerte. Los bosques se queman, los canguros no tienen adónde ir. Los demonios de tazmania son histéricos, paranoicos y de hábitos nocturnos.
Los pulpos son muy inteligentes. Los animales del mar necesitan mucha inteligencia para sobrevivir. El agua es más cruel que la tierra, no hay muchos lugares donde esconderse, y la capacidad de sobrevivir se adapta al medio. A los pulpos les encantan los cangrejos, pero para comerse uno tienen que poner en peligro su vida y esperar atrás de una piedra en la playa. Los cangrejos saltan de piedra en piedra, pero a veces alguno se cae al agua. Entonces el pulpo no pierde el tiempo y lo atrapa con sus brazos. Es raro que muchas especies puedan paralizar a sus presas con un ácido que producen orgánicamente. Para volver a la profundidad del mar el pulpo tiene que almacenar oxígeno en su cerebro, y para eso se mete agua por la boca. No sabe si va a volver, porque las piedras de la costa son grandes y la marea puede provocarle la muerte.