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lunes, abril 29, 2024

Ejemplos de lógica budista

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Paranaländer acomete la árida lógica budista esgrimiendo la entretenida obra del budologista ruso Fedor Ippolitovich Stcherbatsky (1866-1944, y que firma como Theodore), editado en dos tomos en los años 30 del siglo pasado.

 

Por: Paranaländer.

 

Simplemente fascinado con los dos tomos de “Lógica budista” (unas mil páginas) del ruso Stcherbatsky (le debo tal descubrimiento al twittero expulsado de Facebook por “terrorista”, el profesor de secundaria Bellido Morillas), me limito a continuación a extractar unos fragmentos de la parte final del segundo tomo, la recreación de unos diálogos ficticios entre un budista y un realista. También comparece Vachaspati Misra (o Vacaspati Mishra), filósofo hindú del siglo 9 o 10. Gracioso esto último porque uno de lo ejemplos que se discute compete a esa bestia sagrada, la vaca (su realidad o no, su decibilidad o no) y su sombra, las no-vacas. El enemigo, como hoy, entonces ya era el nihilista.

 

LA TEORÍA BUDISTA REDUCIDA AD ABSURDUM. 1

(343, 5). (El Realista). Y, además, (usted sostiene que nuestros conceptos y los nombres que los expresan no se refieren a la realidad externa, sino a nuestras imágenes objetivadas. Respondemos), ni la imagen objetivada es el objeto sobre el que se concentra nuestro pensamiento conceptual. (No le va mejor que la cosa incognoscible) en sí misma o la imagen (universal relacional y negativa). Depende, en efecto, de un acto de nuestra imaginación productiva. Cuando se produce este acto, (a saber, el concepto) cuasi surge; cuando el acto termina, casi se desvanece.

Aparentemente cambia con cada cambio en la actividad de nuestra imaginación conceptual. (Por lo tanto, cambia constantemente), y nunca puede concebirse como una unidad (en la forma de una idea que tiene relativa estabilidad).

 

1 La teoría budista es que la realidad, al ser un flujo constante de eventos momentáneos, no puede ser nombrada ni captada por el pensamiento conceptual o por la imaginación, porque las imágenes o los conceptos requieren estabilidad y duración. Vacaspati ahora vuelve el argumento budista contra sí mismo. Él dice que la imaginación también consiste en eventos momentáneos, por lo que las imágenes o conceptos que no tienen estabilidad no pueden ser nombrados.

 

430 ANEXO V

(El Budista). Despreciando la diferencia (se produce una estabilidad relativa).

(El Realista). ¿Pero entonces su esencia (la unidad de esta imagen objetivada) será igualmente descuidada?

(El Budista). 0 si! ¡lo será!

El Realista). Entonces tampoco será imaginado, (ya que la imagen es una unidad).

(El Budista). Pero la discontinuidad de la imagen no es real. (Cuando hablamos de un objeto como una cadena de eventos momentáneos) nos referimos a la realidad, su discontinuidad o continuidad, pero no (la discontinuidad)

de la imagen objetivada.

(343.10). (El Realista). Podemos conceder el punto. La discontinuidad de la imagen no es en última instancia real. Pero debes admitir que la imagen objetivada depende de un acto de nuestra imaginación.

Cambia cada vez que hay un cambio en este último, o de lo contrario sería no depender de ello. (343.11). La caída de la imagen sobre el acto de imaginación consiste precisamente en el hecho de que sigue a todo cambio o no cambio en este último. Si no dependiera tanto, no sería imaginado, y no sería una imagen erróneamente (proyectada al mundo exterior). (343.13). Dejemos, pues, la cuestión de la realidad de la continuidad o de la discontinuidad de la imagen. Sin embargo, lo que depende de una imaginación cambiante no puede aparecernos como una unidad, debe aparecer como discontinuo (como dividido en momentos discretos).

(343, 15). En consecuencia (puede el siguiente silogismo) dejar establecido (Tesis).

La imagen objetivada (siendo una unidad) no es el objeto sobre el que se concentra nuestra imaginación conceptual.

(Razón). Porque esa imagen (debe ser) indecible.

(Ejemplo). Así como una sensación momentánea de placer o (el dolor es indecible).

(premisa mayor). (Todo lo que es indecible es un momento que no es el objeto sobre el que se concentra nuestra imaginación conceptual).

 

VACASPATIMISRA SOBRE EL NOMINALISMO BUDISTA 431

(343.16). De hecho, es imposible darle un nombre, porque es imposible estar de acuerdo (sobre su connotación), así como es imposible (expresar en el habla) cuál es la sensación momentánea de placer o (dolor).

(343.17). Realmente podemos dar un nombre a algo cuando podemos estar de acuerdo en su connotación. (El nombre) es concomitante con (tal acuerdo), de lo contrario caeríamos en el exceso de absurdo (de cada nombre significa algo).

(343, 18). Dado que no existe tal (posibilidad de acuerdo) sobre la importación de una imagen objetivada que cambia con cada (momento de) nuestra imaginación, tampoco puede haber ninguna posibilidad de dar nombres (a las imágenes objetivadas que constituyen el exterior mundo empírico). Queda así probado que todo lo que se concibe es

indecible, (es decir, justo lo contrario de la idea budista de que todo lo que es trascendentalmente real es indecible).

 

UN ARGUMENTO FINAL CONTRA LA TEORÍA BUDISTA.

(343, 20). (El Realista). (Usted sostiene que el género «vaca» es una imagen objetivada y es relativa, siendo meramente la negación de todos los que no son vacas. Entonces nos preguntamos), esta negación de todo lo que no es Vaca, ¿es la imagen misma ¿O sólo su atributo? Si la esencia (de la imagen) es una negación de las no vacas, esto no puede entenderse sin asumir la realidad de (la contraparte positiva), la vaca. No-vaca no es más que una negación de vaca. Su realidad depende de la realidad de la vaca. No puedes escapar de ser acusado de un círculo sin esperanza (la vaca depende de lo que no es vaca, y lo que no es vaca depende de la vaca).

(343.22). Pero si es sólo un atributo (de la imagen), el género «vaca» debe ser positivo, y su atribución también positiva. Y así se acaba con la imagen objetivada que es (se supone que es) negativa en esencia.

 

432 ANEXO V

Y hemos descartado (eo ipso) la teoría de que sus atributos son idénticos a él (es decir, la teoría de que no existe una relación sustancia-atributo que sea trascendentalmente real). Que tal Universal puede ser (alternativamente) afirmado y negado, ya lo hemos explicado.

(343, 24). ¡Deseando escapar de la redundancia tenemos miedo de haber caído en una verbosidad aún mayor! ¡No obstante, debemos tener un fin con este proceso de moderar la arrogancia de los nihilistas!

 

Fuente: Buddhist Logic, Part 2, Theodore Stcherbatsky (2003, Nueva York, original 1930, Leningrado)

 

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