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domingo, abril 28, 2024

Charvaka, escuela materialista

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Paranaländer ingresa en la escuela Charvaka, una de las seis escuelas no creyentes de la India, de raigambre materialista y fuertemente anti-brahmánica.

 

Hubo seis astik (creyentes) y seis nastik (no creyentes) escuelas de filosofía india en el pasado. Las seis escuelas astik eran Nyaya, Vaisesika, Samkhya, Yoga, Purva Mimamsa y Uttara Mimamasa. Las seis escuelas nastik eran Charvaka, Jainismo y las cuatro escuelas de Budismo, a saber, Vaibhasika, Sautrantika, Yogachara y Madhyamika.

La escuela india de materialismo, Charvaka, quizás se desarrolló como una reacción contra los excesos de los sacerdotes brahmanes y una sociedad explotadora. Desestimó “necesariamente toda creencia en todo lo que constituye el tema específico de la religión y la filosofía”. No tenía lugar ni para Dios que controla el universo ni la conciencia que guía al hombre. La ausencia de lo trascendente en Charvaka podría ser la razón por la que también se le llama Lokayata-darsana, que significa escuela filosófica «restringida al mundo experimentado», o «secular». El Charvaka no tenía respeto por el Shabda Pramana (Testimonio verbal, es decir, los Vedas). Tenía un concepto puramente empírico y racional de la realidad. Sin embargo, el Charvaka no pudo obtener la aprobación política y, por lo tanto, disminuyó gradualmente, – aunque su hedonismo se desahogó a través del politeísmo popular. La filosofía charvaka no pudo continuar también debido al poderoso dominio del brahmanismo sobre la religión, cultura, sociedad y política. Para el brahmanismo, los Vedas eran la autoridad suprema. La noción de una separación de fe y razón, por lo tanto, era inadmisible. La razón (yukti) estaba subordinada a la fe (en la palabra revelada, Shabda, Shruti) y no por encima de ella. De hecho, el verdadero conocimiento no puede ser obtenido racionalmente. La verdad era mística y estaba disponible solo para unos pocos privilegiados, es decir, los brahmanes. Los Charvaka, junto con los budistas y los jainistas, fueron etiquetados como nastiks o no creyentes y aislados de la corriente principal. El brahmanismo también se sostuvo al impedir que los demás miembros de la casta fueran educados. Esto lo hizo mediante su uso restrictivo del idioma sánscrito y manteniendo que el conocimiento superior era inalcanzable para las otras castas. También dividió la religión en dos pisos: el superior no era dualista y solo podían alcanzarlo los miembros de la casta superior; la inferior era politeísta y la forma popular de la religión hindú. Lo superior se consideraba lo Real y lo inferior lo real menor dominado por mitos y fenómenos. El brahmanismo mantuvo unidos ambos pisos al reclamar la autoridad védica. La ideología secular Charvaka era, en comparación con el brahmanismo, una visión del mundo inferior atrapada en el mundo actual y muy alejada de la verdadera Realidad que declaraban los Upanishads. Así, Charvaka disminuyó gradualmente ante la creciente influencia del brahmanismo. Sin embargo, basta con señalar que la perspectiva secular que se deshizo de todas las restricciones religiosas y consideró a la razón humana suficientemente capaz de conocer la verdad no era nueva para el contexto indio. Políticamente hablando, la tolerancia religiosa no es nueva solo para la era moderna de la India cuando el secularismo es vibrante. También se podrían encontrar rastros en el período precolonial, aunque queda por evaluar hasta qué punto tales políticas religiosas implementadas se alinean con el concepto de laicismo moderno.

Es incierto si el nombre «charvaka» procede de algún fundador de esta orientación que se llamara así, o si tiene algún otro origen. Bajo esta denominación se comprende una escuela de pensadores que no sólo atacan la religión brahmánica, sino la religión simple y llanamente, y cultivan un materialismo extremo; es decir, parten de la concepción de que la materia es lo único que existe y que todos los procesos espirituales pueden reducirse a lo material. Se burlan de la religión y de los sacerdotes, rechazando como absurdo metafísico toda especulación filosófica o religiosa que apunte más allá de lo materialmente dado. No se han conservado exposiciones completas propias de los maestros del charvaka por parte de sus partidarios. No obstante, se puede conocer con bastante claridad sus opiniones gracias a las numerosas citas de otras obras. Así, de Brihaspati, el representante más famoso de esta corriente, se ha transmitido la siguiente manifestación:

“Los sacrificios hechos a los antepasados no son más que una fuente de ingresos para nuestros brahmanes. Ellos se inventaron los tres Vedas, rastreros nocturnos son, canallas, bufones”.

La doctrina del atmán es considerada un mero engaño. No existe el alma, sólo la materia en la forma de los cuatro elementos. Si resulta profundo el contraste entre el rechazo de la metafísica y todo el pensamiento hindú anterior, igual de brusca es la desviación de la Ética por parle de estos negadores de todo lo pasado; mejor dicho: carecen por completo de ética, niegan que haya un orden moral del mundo y contemplan el placer de los sentidos como el único y supremo fin del ser humano. En otro texto célebre, un escéptico y materialista de éstos se dirige a un príncipe con las palabras siguientes:

“¿Por qué dejas, oh. Rama, que ociosos mandamientos opriman tu corazón? ¡Si son mandamientos para engañar a los tontos y los bobos!

Lástima me dan los pobres locos que siguen supuestos deberes:

Sacrifican el dulce placer, hasta que se les escurre su vida estéril.

¡En vano ofrecen a los dioses y a sus padres sus sacrificios! ¡Banquetes desperdiciados! Ningún Dios y ningún padre come jamás el manjar sacrificado. Si uno se ceba, ¿qué aprovecha ello a los otros?

¿De qué sirve a los padres el manjar entregado a los brahmanes? Los taimados sacerdotes inventaron las ofrendas, y dicen egoístamente:

«Entrega tu fortuna, haz tu penitencia, y reza, deja marchar tu bien terrenal.»

No hay un más allá, oh, Rama, vanas son la espera y la fe; goza aquí de tu vida, desdeña las miserables ilusiones’”.

Y algo más directamente dice el llamado Brihaspati:

“¡Saborea la manteca y endéudate,

vive alegre el breve plazo

de vida

que te ha sido dado,

aun te llegará la muerte,

y ya nunca volverás!”

También en la valoración del sufrimiento difieren los charvakas decisivamente de todos los sistemas hindúes anteriores, como, por lo demás, de todos los posteriores. Se considera estúpido a quien quiera renunciar al placer porque este vaya a la par y esté entretejido con el dolor: “Que haya que renunciar al placer

que llega a los mortales al contacto

con las cosas sensibles, por que está mezclado con dolor,

sólo un loco podría tener semejantes reparos.

¿Quién, que conozca sus ventajas,

desdeñará el arroz de blanco grano

sólo porque tiene cáscara?”

 

Fuente: La Filosofía de la India, Helmuth von Glasenapp, Biblioteca Nueva (2007)

Historia Universal De La Filosofía, Hans Joachim Störig, Tecnos (2012)

 

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