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jueves, mayo 16, 2024

Mirada fecunda del jurumi

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Paranaländer sale en busca del fantástico jurumi que embaraza a distancia con la mera mirada, en sintonía contradictoria con el Apolo griego que mataba a distancia.

 

“Talismanes para el amor, — Para ablandar el corazón de alguna mujer inaccesible a las protestas de un galán, es muy eficaz, según dicen, escribir el día viernes con la séptima pluma del ala izquierda del pájaro Urutaú (“Nyctibius cornutus”, es un pájaro de la familia de los “Caprimúlgidos”, cuyo canto refieren al llanto los poetas). Las mujeres rebeldes no resisten si se les pide el sí en viernes santo.

Entre los indios Cainguáes el forro de las colmenas que hace la abejita Yetey dentro de los árboles, es reputado buen Payé. Estos indios fabrican también un brebaje con jugos de distintas yerbas preferidas por los animales, como el toro-caa, (yerba del toro), el tapü-caa (yerba; del tapir), mutú-caa (yerba de la perdiz), lorito-eaa (yerba de las cotorras), Guachu-caa (yerba, del venado), todo esto mezclado con miel de Mandoví, una abejita silvestre del grupo de las Meliponas.

Pero nada surte más efecto que llevar en el bolsillo un pequeño envoltorio que contenga una mezcla de sesos y plumas de Caburey (“Glaucidium ferox”, es una lechucita llamada también Rey de los pajaritos) junto con bermellón. Este último talismán es muy usado en Misiones y aun en Corrientes. Hallándome en esta ciudad, un indio Chunupí, con gran misterio, sacó de entre un atadito unas plumas de Caburey que me quiso vender diciéndome ‘para china!’, es decir, bueno para seducir chinas; deduje que este artículo debe ser buscado por los Tenorios del bajo pueblo y representa para esos indios un objeto de comercio.

Por otra parte, el hueso del pene de tigre, envuelto en un fragmento de su cuero, es llevado al cuello para tener fuerza y valor personal (magia simpática).

El Oso hormiguero o Jurumí (Mirmecopliaga jubata) tiene fama de preñar a distancia, con sólo mirar a la hembra.

El cerdo es la cabalgadura del fantasma del monte llamado Caapora, pero esto es sólo por ex- tensión, pues la verdadera cabalgadura es el Chancho del Monte o sea un Dicotyle; los guaraníes llaman también al cerdo Cristiano cué, y en un relato del Nacimiento de Cristo dicen que ese cristiano se transformó en cerdo por haberse quedado dormido y no haber ido a saludar al niño Dios.

La yerba mate es reputada como árbol santo, y ya hemos visto que su madera es buscada para fabricar santitos, payés, etc., para ser buenos jinetes, y para otras cosas. Los indios Cainguáes tienen fama de tener adivinos. Estos toman la yerba canchada, la ciernen con un cedazo, la colocan sobre un banco y la queman, mientras que, cubiertos con un gran lienzo, aspiran el humo ; así empiezan a hablar, prediciendo el porvenir.

Hay un maleficio llamado ‘Caraguatay” que parece es empleado en las venganzas por cuestiones sexuales: abandono del amante o despecho de rechazados. Felizmente es muy raro. En el Paraguay hay un dicho muy antiguo ‘Ombó Caraguatay’, es decir: le han aplicado el Caraguatay. Su origen debe ser indígena; como dato es muy importante, pues recuerda otro procedimiento parecido, usado en Java por las mujeres abandonadas.

Algunos de los que aquí indico eran usados por los mismos españoles en la época colonial, como la pezuña del Anta (Tapirus Americanus), que se tomaba raspada o pulverizada en forma de té en cualquier cocimiento aromático, ya fuera para el mal de corazón, ya para detener la hemorragia consecutiva de un parto.

En mis viajes por la región misionera, observé, principalmente en el Paraguay, en muchas casas donde pasábamos, una costumbre harto fastidiosa, y sobre todo incómoda; me refiero a la de pedir la bendición, cuya exageración la va haciendo ridícula. A los padres, abuelos, padrinos, tíos, hermanos mayores, personas ancianas y viajeros, las criaturas y muchas que no lo son, piden la bendición con las manos juntas y la cabeza descubierta. Si sólo se concretaran a pedirla, no sería nada, pero algunos llevan su respeto al extremo de rezar antes un rato delante del candidato y luego piden la dichosa bendición. Y la bendición se pide al levantarse, antes y después de comer o almorzar, y finalmente, al irse a acostar, de manera que a veces es insoportable”.

 

fuente: “Supersticiones y leyendas”, Juan Ambrosetti, 1917

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