Paranaländer cae en el río zen de Sologuren, calado hasta los huesos de jaikus y ebrio de flores que iluminan como besos de mujeres penetradas de satori.
Froté con poemas la superficie del vientre redondo de mi mujer y la pulí bien con poemas que huelen a yerbas dulces.
(Poem-eye, Tanikawa Shuntaro, 1931)
El ritual de Tanikawa Shuntaro nos puede resultar excesivo y cargoso, pero es la puesta en práctica de su ars poética. Que el poema tenga efectos sobre su amada. Le debo al poeta peruano Javier Sologuren (1921-2004) el descubrimiento de este poeta japonés moderno (En la magistral antología El Rumor del Origen (Lima, Fondo Editorial PUCP, 1993, sus traducciones junto con Akira Sugiyama y su esposa, Ilia Bolaños). Y, sobre todo, la maravilla de sus haikus recientemente pillados en un viejo número de Hipocampo. “El haiku consiste en la síntesis de la visión poética” para Sologuren. Instantáneas en las que de pronto puede revelársenos un resplandor de eternidad.El haiku como expresión del Zen, como satori- Sologuren escribió 3 libros a la manera de los haikus: –Corola parva (1977), Jaikus escritos un amanecer de otoño (1986) y Haikus (1999). Corola parva (1977), conjunto de poemas publicado en México en 1977, pero fueron escritos en Lima entre 1973 y 1975.
Altos soles pequeños
en el pecho arden:
tu edad, muchacha.
Como el viento en las hojas
a ti no te ven.
Ven que me inquieto.
No veo el florecer
del naranjo, oigo
subir su canto.
Soledad de los campos,
pero dialogan
viento, agua, pájaros.
Soñé la piedra.
¡Qué transparente
su corazón!
Al huésped de la niebla
la vida llega
en las palabras.
¡Oh agua quieta,
qué silencioso el mundo
en ti despierta!
Agua del plenilunio:
sin pensamientos
poseo el mundo.
La tinta en el papel.
El pensamiento
deja su noche.
¿Qué poeta está en mí
y con qué idioma
lento me nombra?
Jaikus escritos en un amanecer de otoño (1986) fue escrito durante un viaje a Tokio que el poeta realizó en el otoño de 1981.
¿Qué canta el agua?
El agua canta el agua
canta el agua canta.
Nada me apura.
Blanco contemplo
el vuelo de la grulla
Duro verano:
con mi frente
rocío el papel blanco.
Haikus (1999) fue uno de sus últimos conjuntos de poemas.
Se pasea la araña
mi pensamiento avanza.
¡sólo penden de un hilo!
El aire fino y frágil
eres tú,
mariposita blanca.
La luz baila
en ti,
lágrima.
Unas palabras
perdidas en el tiempo,
las trae el río.
El margen blanco
donde siempre germina
lo inexpresable
Una flor. Pienso:
me destina un saludo,
una sonrisa.
FUENTE. EL HAIKU EN LA POESÍA DE JAVIER SOLOGUREN Y ALFONSO CISNEROS, ALONSO BELAUNDE DEGREGORI, 2017