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sábado, mayo 4, 2024

El laberinto de la oposición

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A noventa días de las generales, la fallida interna de la Concertación sigue impactando en la oposición, y ya que su líderes no encuentran aún la fórmula para superar la fragmentación y acercarse a un escenario de polarización con el Partido Colorado.

 

Por: Héctor Gayoso.

Faltando 3 meses para las elecciones generales, en la oposición todavía queda mucha tela por cortar. A pesar de la tranquilidad que, aparentemente, existe en la Concertación (luego de tumultuosos días vividos por denuncias de fraude y otras cosas), suenan algunas alarmas que quebrantan el espíritu triunfalista que públicamente manifiesta Efraín Alegre.

Es sabido que, para derrotar al Partido Colorado, una condición necesaria -aunque no suficiente- es que la oposición pueda unirse para aglutinar los votos antioficialistas, de modo tal de poder atraer tanto votos de la izquierda, como del centro y de la derecha.

Efraín cree que haber incluido en su chapa a una candidata considerada de “derecha”, Soledad Núñez, le aportará votos “no arreados”, provenientes de sectores urbanos que no ven buenos ojos al progresismo, espacio con el que perdió cada vez que se alió en elecciones anteriores.

Sin embargo, al elegir a la extitular de la Senavitat, Efraín dejó muchas “viudas” en el camino. Toda la oposición sabía desde el vamos que el único que tenía posibilidades de ganar una gran interna abierta de la oposición era el presidente del PLRA. Por este motivo, la verdadera disputa fue por la definición del compañero de fórmula de Efaín.

El Frente Guasú fue ninguneado por Alegre cuando reclamó para sí la candidatura a la vicepresidencia en tanto condición para unirse al gran armado opositor. A raíz de esto, el principal conglomerado de izquierda del país se quebró. Mientras que algunos referentes de ese espacio sí se unieron a la Concertación (bajo promesas de carteras, según algunos trascendidos), otros prefirieron jugarse a armar una tercera fuerza con Euclides Acevedo, quien pretende erigirse como el “sector visagra” de la política nacional.

El “euclidismo” ve en la candidatura del excanciller una oportunidad para quebrar la unidad de la ANR y atraer al coloradismo disidente: sostienen que Euclides tiene más potencial para atraer votos descontentos con la victoria del cartista Santi Peña que la Concertación. Especulan con el hecho de que un colorado tradicional posiblemente tenga más resistencia a votar a un liberal que a alguien que representa un tercer espacio y que siempre fue cercano a la ANR.

En este sentido, aunque supuestamente lo tientan continuamente a sumarse y bajar su candidatura, el proyecto de Euclides podría ser funcional a la Concertación, si es que logra canalizar la división en el Partido Colorado.

Por eso, el principal problema para el gran espacio opositor sería la situación de Paraguayo Cubas. Éste, de todas las formas posibles pidió unirse a Alegre, pero no llegaron a un acuerdo y el exsenador decidió candidatarse por su cuenta.

Lo cierto es que Payo podría aglutinar votos que normalmente son de la oposición, es decir, votos no colorados (muchos o pocos). Si logra llevarse cincuenta o cien mil votos “auténticamente opositores”, se convertiría en un obstáculo mayor a las pretensiones de Efraín. Dado que en las elecciones de 2018 la diferencia entre Abdo Benítez y Alegre fue ínfima, cualquier fuga perjudica las chances del liberal.

A noventa días de las generales, la fallida interna de la Concertación sigue impactando en la oposición, ya que su líderes no encuentran aún la fórmula para superar la fragmentación y acercarse a un escenario de polarización con el Partido Colorado.

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