«Conversamos y conversamos, era un tipo que a pesar de su frontera con la muerte, o quizás por su misma condición, resultaba interesante y admirable…» Por: César Zapata
1-Antecedentes del caso.
Creo que lo capital en la sugestión hipnótica, radica en el hecho que siendo inducida desde fuera, el individuo que la experimenta la siente como un requerimiento que viene desde dentro, tanto es así que no opone resistencia.
No obstante, en las experiencias que tuve con la hipnoterapia, esto tiene un ribete muy distinto, pues la sugestión no se lee como dominación (como se leía a principios del siglo XX), por el contrario, si algo me quedó claro en mis clases de flamante “practitioner”[1] es que en la hipnoterapia, es necesario lograr un suerte de co – sugestión.
Aún no terminaba mi diplomado en PNL (programación neurolingüística) y me entero que una persona muy querida estaba enferma, una enfermedad hereditaria autoinmune, terrible. De hecho, tan terrible y horrible (uno de los síntomas era una soriasis agresiva impactante) que prácticamente, el pronóstico médico era la muerte.
Pues bien, mi amigo, medio desahuciado estaba en casa de sus abuelos en la capital del país, del hospital a la casa, de la casa al hospital, era su fúnebre recorrido. Lo fui a ver, y le dije que por supuesto no podía hacer nada por él, pero que estaba estudiando psicoterapia y que me gustaría ayudarlo a encontrar un objetivo que él quisiese lograr, en términos psicológicos.
Conversamos y conversamos, era un tipo que a pesar de su frontera con la muerte, o quizás por su misma condición, resultaba interesante y admirable, charlamos acerca de su hija, de su esposa, de su madre, sus hermanos, su padre, sus abuelos. Lloró como los grandes que se despiden, lloré como espectador de una vida que zozobra.
-Y bueno, le dije, amigo mío, qué te parece si te ayudo a morir en paz o a vivir este poco de vida que seguramente te queda, pues siempre hay esperanza, de manera que puedas atravesar a la muerte sin sentir que tienes cuentas sin saldar.
Mi amigo “M”[2] era inteligentísimo, el optimismo no era una posibilidad con él, menos si estaba empujado por el deseo del cariño de las personas que lo rodeaban. M, prefería la sinceridad, estaba peleando, era extraordinariamente luchador, pero no tranzaba en rechazar cualquier tipo de positivismo infundado. Las cosas eran duras y para él, Dios era una probabilidad remota y la muerte total sin trascendencia era su aldea deshabitada mas cercana. Como dirían en Chile: no estaba ni ahí con algún consuelo, simplemente estaba en el combate, sintiéndose más derrotado que victorioso.
Yo, por supuesto, no tuve la autoridad ni moral, ni procedimental, ni existencial para decirle lo contrario, de hecho lo único que hice es intentar comprender su mapa.
2-El mapa.
El famoso mapa, planteado genialmente por Richard Bandler y John Grinder, en su libro manual: La estructura de la magia [3], era, para mí que venía de la filosofía, una obviedad increíble, pero para algunos de mis compañeros, incluso profesores, se perfilaba como la revelación misma.
En fin, esta obviedad dentro de su compleja objetivación, reza que la realidad no es mas que un constructo social o tal vez una especie de dimensión absolutamente objetiva (ni Blandler ni Girnder lo clarificaban, pues no tenían el alcance, ni tampoco les interesaba). El caso es que el individuo no puede acceder a esta realidad prima, para llamarle de algún modo, tal como es en sí misma, el individuo necesita trazar un mapa como coordenada de navegación en el tiempo espacio (que le toca vivir) y el lápiz que dibuja el mapa o modelo, es de cada uno, por lo tanto cada quien tiene “su” mapa, que es completamente distinto de cualquier otro.
Me costó trabajo entender que las profundidades que alcanza la filosofía, por sí solas no sirven en una sicoterapia. Por ejemplo, el brillante Kant, caminando sobre la columna vertebral del pensamiento moderno occidental, plantea que: no existe la cosa en sí, sino solo los objetos, dicho de otro modo, y de manera abreviada para el caso, no hay una realidad en sí misma, y si la hay (cosa que Kant añora) es incognoscible para el sujeto, pues la realidad existe como tal, solo en cuanto conocida por el sujeto “cognoscente”, el cual paga un costo y ese es que siempre conocerá según su entendimiento, al que no le queda otra que convertir la cosa en sí, en algo “para él”, es decir: en un objeto.
Esa profundidad sería lo que se puede llamar parte de las vigas del cimiento ontológico del cual parten los estudios de PNL, pero comprender y especular respecto del suelo ontológico, no sirve de nada, sino es situado en la experiencia concreta, individual. Y es, justamente este el aterrizaje de la hipnoterapia de Erickson y Rossi y los enfoques de Blandler y Girnder, pues para entender el mapa de una persona, es decir visualizar como ha venido interpretando y construyendo su vida, es imprescindible ir provisto de una estrategia compleja y no del todo definida, eso es lo relevante en términos psicoterapéuticos.
“Cada uno de nosotros crea una representación del mundo en que vivimos, es decir, un mapa o modelo que nos sirve para generar nuestra conducta”[4] y es dicha representación lo que determina el significado que otorgamos a nuestra experiencia.
3-M y las inhóspitas rutas del inconsciente.
Mi amigo estaba por atravesar “al patio de los callados” y confiaba absolutamente en mis buenas intenciones, su inteligencia era aguda y con entera disposición a trabajar. No nos costó nada llegar a un trance profundo, ambos.
Comenzamos a bucear en su mapa, usé la imagen del camino, yo estaba tan concentrado como él. Mi propuesta, y así lo acordamos en las sesiones previas, era buscar la presencia de sus personas mas queridas y construir un círculo de protección. M, no se quería morir sobre todo por su hija, en ese entonces de 10 años, pues no quería dejarla sola en la vida, pero a la vez no quería que su hija estuviera con un padre enfermo prácticamente inútil. Había que buscar el lado armónico de esa contradicción vital, fronteriza con la probabilidad cierta de la muerte.
Hicimos por lo menos 5 sesiones, logramos fijar la presencia de su hija como el combustible mas potente para seguir viviendo o para morir en paz, comprendimos que cual fuera el desenlace de esta crisis, siempre había un lado “favorable” para su hija, y eso se convirtió en lado armónico de la contradicción.
Mi gran amigo M. a punto de morir resistió como un grande, hasta que por contrabando desde EEUU recibió algunas dosis de una droga experimental que en ese momento tuvo en él un resultado increíble y tal vez en algo también influyó la nobel sicoterapia que intentamos. Dos años después pude encontrarme con él y compartir con una alegría increíble, el hecho de que estaba vivo y estable.
Referencias
[1] Ver la primera parte de este ensayo: https://eltrueno.com.py/2023/01/29/hipnosis-programacion-neurolinguistica-y-conductismo-primera-parte/
[2] Los datos de la intervención has sido maquillados, pero no en lo esencial, para proteger la privacidad de mi amigo.
[3] Bander Richard t Grinder John. La estructura de la magia. Cuatro Vientos. Santiago de Chile 1980.
[4] Ibid. pág 27.