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sábado, mayo 18, 2024

La pintura moderna según Bestard

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Paranaländer viaja a Montevideo en el año de gracia de 1955 acompañando a la delegación paraguaya de artistas (Bestard y Kunos), poetas (Alsina y Ortiz Méndez) y músicos (Sila Godoy).

“Jornadas de Cultura Paraguaya” (Montevideo, Noviembre de 1955) es un librito de 95 páginas impreso en Uruguay que recogía una serie de actividades con ese título realizadas  en la capital uruguaya.

Consistió en una exposición de pintura y artesanía nativa, conferencias y conciertos.

Fue organizado por la Galería Caviglia bajo el patrocinio de la Municipalidad de Asunción y la Embajada del Paraguay en Montevideo con la asistencia de la dirección del departamento de Relaciones Culturales del Ministerio de R.R.E.E. del Uruguay y la colaboración de la Asociación Cultural Uruguay-Paraguay y Primeras Líneas Uruguayas de Navegación Aérea (PLUNA).

La edición estuvo a cargo de Juan Blas Ojeda.

El índice incluye El mensaje de la cultura paraguaya, Conferencia de Prensa, Discurso del escritor Arturo Alsina en el Paraninfo de la Universidad, Fundamentos para una Historia del Teatro Paraguayo- Conferencia del Prof. Walter Rela, en el Paraninfo de la Universidad, Discurso del Sr. Juan Ilaria, en la Exposición de Pintura Paraguaya y Artesanía Nativa, Discurso del Sr. Francisco Ortiz Méndez (poeta y Director de Cultura de la Municipalidad de Asunción) en la Exposición de Pintura Paraguaya y Artesanía Nativa, Conferencia del Sr. Arturo Alsina, en Casa del Teatro, sobre “Julio Correa, dramaturgo social”. Conferencia del poeta Francisco Ortíz Méndez sobre “Poesía Paraguaya”, Concierto de Sila Godoy en la Galería Caviglia, Homenaje del SODRE a Agustín Barrios, Pintura Paraguaya y Artesanía Nativa-Juicio del escritor Héctor W. Priore y Consideraciones en torno a la pintura moderna por Jaime Bestard.

Antes de comentar las consideraciones de Bestard, quisiera compartir algunos subrayados que hice en los otros textos.

En la Conferencia de Prensa dada el 14 de noviembre de 1955 en el Hotel Nogaró, además del Dr. Juan Isidro Ramírez, embajador paraguayo en Uruguay, asistieron también los miembros de la delegación paraguaya: poeta Francisco Ortíz Méndez, Prof. Jaime Bestard, escrito Arturo Alsina, Prof. Adan Kunos, Prof. Celina P. de Ortíz Méndez, Sra. Ingeborg Tuch Abal, Prof. Walter Rela y el periodista Juan Blas Ojeda.

Roque Centurión Miranda compuso “Ñanduti”, una revista en 6 cuadros, en castellano con música de José Asunción Flores.

Hugo Rodiguez Alcalá escribió el poema alegórico “La danza de la muerte” (1937) con música del Dr. Juan Max Boettner y con orquestación de Remberto Giménez se estrenó en el Teatro Nacional de Asunción.

Alsina nos cuenta que Julio Correa era nieto de un noble polaco  desterrado que peleó en el ejército del Mariscal López en la Guerra Guasu y su padre Eleuterio Correa fue un brasileño incorporado a las fuerzas armadas de su país en la guerra grande y funcionario administrativo con las tropas de ocupación. Cuando éste murió en París (1913), la madre Amalia Miskosky y sus 4 hijos emigraron, quedando solo Julio en la quinta de Luque. Se casó con Georgina Martinez, con la cual nunca pudo tener hijos. Facundo Recalde lo descubre y apadrina.

El concierto del guitarrista guaireño Cayo Sila Godoy tuvo  3 partes.

La primera, con obras de Mangoré. La segunda, con obras del propio Godoy como Ymaguare. Y la tercera parte, con obras de José Asunción Flores como India y Choli,  además de Tory ára de Epifanio.Se ve aquí de foma palmaria -en un evento con representación del gobierno stronista como es su embajador Ramírez- que no se ejercía ninguna censura con la música de Flores.

El escrito de Bestard tiene 9 páginas.

Define a la pintura moderna -y a la escultura y a la arquitecta- como un estilo o una escuela que se innova a base de supresiones.

Se pregunta al final  si no se vislumbra una salida de este confuso vericueto de lo moderno (el arte abstracto, la pintura de ideas o el intrasubjetivo orteguiano, que erige a la libertad en el arte como dogma, la que hace  a la madurez intelectual  como la única facultad capaz de crear lo nuevo), un genio o el gran poeta  o un creyente que, como ocurrió con el romanticismo y el impresionismo, lance su mensaje luminoso hacia “un arte verdaderamente nuevo. que sea una afirmación, un renacimiento, un despertar a base de valores espirituales y realmente pictóricos”. Se ve aquí que aún comprende lo moderno como una etapa crítica, de embotellamiento y no como un verdadero movimiento en acción.

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