La última película de Zac Efron es sobre los mismos temas de siempre en las que actúa Zac Efron: dejar de comportarse como quinceañero y hacerse grande. Por: Derian Passaglia
La última película de Zac Efron, el actor de comedia más divertido de yankilandia junto con Seth Rogen, se puede ver en Prime Video. Las películas de risa que protagoniza Zac Efron, aunque son de diferentes temas, cuentan siempre la misma historia, y están hechas para personas que no quieren o no pueden crecer. Es lo que vemos todo el tiempo, y cada vez más, en los mayores: nadie quiere hacerse grande, todo el mundo busca la receta de la juventud eterna, los 70 son los nuevos 60, los 60 son los nuevos 40, los 40 son los nuevos 20, y así. ¿Son las exigencias del mundo las que nos llevan a comportarnos como quinceañeros estúpidos? ¿Se trata de una de las maneras más ridículas de retrasar la muerte? Si quien lee es un adulto, o se autopercibe adulto, siga de largo, se va aburrir con esta película.
Tres amigos encuentran la forma de que sus travesuras, en la infancia, no sean descubiertas. Le echan la culpa siempre a un tal Ricky Stanicky, un amigo imaginario que inventan, y al que le adjudican hasta el incendio involuntario de una casa que perpetran en Halloween. Los amigos crecen. Dos de ellos tienen esposa, pero el tercero no, el tercero es un negro drogadicto y homosexual. Cuando tienen que asistir al baby shower de uno de ellos, llama Ricky Stanicky. Tiene cáncer. Las mujeres se apiadan y los dejan libres a los hombres para que viajen a Alabama a visitar a su amigo. La broma llega demasiado lejos: Ricky Stanicky no existe, nunca existió, pero ahora que Zac Efron se va a casar tienen que inventarse un Ricky Stanicky real para que asista a la boda. Y ahí entra John Cena, el más divertido de la película.
John Cena interpreta a actor de un puticlub de mala muerte en la que canta canciones famosas reversionándolas como si todas hablaran de la masturbación, una especie de Peter Capusotto de la América profunda. El pasaje del Ricky Stanicky imaginario al Ricky Stanicky real es el momento de autoconciencia: los amigos, para sostener la mentira hasta sus últimas consecuencias, contratan a John Cena para que haga de Ricky Stanicky en el casamiento. Para convertirse en adulto, pareciera ser la enseñanza, hay que dejar atrás las mentiras, hay que aceptarse como uno es, hay que asumir con sinceridad las responsabilidades. Pero en un mundo cada vez más idiotizado, más pendiente del instante, de la estadística y lo frívolo, parece imposible.