“La revancha ya no es de los nerds, como en las viejas películas de los 80, sino de los tipos comunes…”. Por: Derian Passaglia
En Netflix hay una película que fue un himno generacional para las generaciones ya no tan nuevas, esa la de los millennials, quienes ya andan rondando entre los cuarenta y treinta años. Se trata de Ni en tus sueños, traducción de She’s Out of My League (o “Ella está fuera de mi liga”, como sería la traducción literal), una película que vuelve al viejo y gastado pero siempre efectivo tema de los perdedores. Todo aquél que alguna vez se sintió un fracasado, un hombre vencido, alguien muy poca cosa en un mundo que privilegia el éxito y las abultadas billeteras, se verá identificado con el protagonista.
Los trabajos comunes y corrientes son detalles que pueden pasar desapercibidos en una ficción, pero que la vuelven más interesante, porque le dan realidad y belleza. En el mito de Perseo y Dánae, por ejemplo, es un pescador, Dictis, quien encuentra a estos dos protagonistas del mito naufragando en la isla de Sérifos. Kirk, el protagonista de Ni en tus sueños, tiene un trabajo horripilante: es guardia de seguridad en un aeropuerto, probablemente esté tercerizado y sus días sean terriblemente aburridos. Es un flaco alto sin ningún atributo destacable, incluso parece que le cuesta relacionarse. Lo único que tiene son tres amigos, uno más raro que el otro.
La vida de Kirk cambia de un día para otro, cuando conoce a una rubia que no puede creer cómo es que le da bola, porque es hermosa y no parecieran tener nada en común. La revancha ya no es de los nerds, como en las viejas películas de los 80, sino de los tipos comunes, los que no tienen nada en la vida o de los que nunca lo tuvieron, de los que se conocen como “vírgenes”, como en Virgen a los 40, de los desposeídos. Ni sus amigos, ni su padre, ni su hermano, ni toda su familia puede creer que esté saliendo con esa rubia, y él tampoco. Todas las escenas cómicas tienen que ver con este malentendido.