¿Existirá algo en el mundo que no se pueda convertir en un bien, en una moneda de cambio? Por: Derian Passaglia
La primera es la más antigua, El menú, dirigida por Mark Mylod, protagonizada por una de las actrices de moda, Anya Taylor-Joy, y estrenada en 2022. Se puede ver en la plataforma de Disney. Como toda buena película de género, se concentra en un solo hecho, y no se desvía de su rumbo: una pareja con una rara relación (¿son novios, amantes, marido y mujer?) va a comer a un restaurante, pero no es cualquier restaurante, es uno de los más exclusivos del mundo, hasta el punto en que tienen que viajar en barco para llegar al lugar. Se trata de disfrutar la “experiencia”, que se volvió, en los últimos años, un bien de intercambio. ¿Existirá algo en el mundo que no se pueda convertir en un bien, en una moneda de cambio?
La película lleva esta idea a un extremo, al punto de producir la sátira, la risa amarga. Someten a los clientes a todo tipo de miserias y crueldades con el único fin de disfrutar la experiencia gastronómica inolvidable, que se llevarán para siempre guardada en la memoria, si es que logran salir con vida… Se burla también de las costumbres extravagantes de los millonarios, que como tienen tiempo de sobra y no saben qué hacer con su vida son capaces de viajar en un submarino de dos por dos para ver los restos del Titanic en la profundidad del océano y morir en el intento, como el accidente del Titan, el año pasado, donde murieron cinco personas.
La segunda película, Guerra civil, se estrenó este año, y está protagonizada por Kirsten Dunst. Se ambienta en un futuro cercano, al que ya no nos parece para nada irreal, donde hay unas fuerzas rebeldes del Oeste y de California que quieren llegar a la Casa Blanca para matar al presidente, que resiste con un grupo de soldados atrincherados. La acción se centra en un grupito de fotoperiodistas que viajan hasta Washington para documentar la guerra, y en ese viaje, parecido al del protagonista de Apocalipsis Now, se encuentran con situaciones cada vez más violentas, absurdas y surrealistas, como dos soldados que no saben a quién le están disparando o uno loco que utiliza sus propias leyes. }
El director es Alex Garland, que ya la viene rompiendo desde hace rato en el género de ciencia ficción, terror y fantástico, desde su primera película en 2015, Ex Machina. Como en toda película de temática guerra, hay un componente político, un mensaje subliminal pacifista que se baja de fondo, pero la rareza es que esta guerra sucede en el futuro próximo, tal vez algo más parecida a otra muy buena película de temática similar, Niños del hombre.
