Sobre el Marqués Robert de Wavrin, un etnólogo explorador belga, Paranaländer dice que «no fue Malinovski, más bien un Boggiani pero ya sin su poeta elegíaco D’Annunzio».
Por: Paranaländer
Marqués Robert de Wavrin, inodoro viajero civilizado con cámara al hombro, que publicó libros desde los años 20 hasta los 70, sacó fotos y filmó a los indigenas de Sudamérica (Chaco y adyacencias, sobre todo). No tenía el aura del predicador de la fe etnológica naciente, compró tierras en el Chaco para cazar guiado por indigenas. No fue Malinovski, más bien un Boggiani pero ya sin su poeta elegíaco D’Annunzio. Esto nos lleva al decadentismo: su documental (rescatado y reconstruido por la investigadora Grace Winter) tuvo reseña en Cine-Miroir, la belle époque decadente se sentía en suma atraída por los salvajes, una atracción digamos casi necrófila, deseo de ver culturas remotas y aisladas en proceso de desaparición vertiginosa. La cámara eterniza esa agonía. Ya en el título de este libro -traducido por Milda Rivarola y coeditado por Servilibro-Estancia Montania Chaco Paraguay- se ve eso: Los últimos indígenas primitivos de la Cuenca del paraguay (2017, original francés 1926).
Este cóctel de primitivo y último era de un morbo muy típicamente civilizado, casi un ajenjo.
Algunas de las frases célebres del Marqués: «Cuando un recién nacido parece raquítico, lo padres lo matan». «Los niños jamás lloran». «Sin ropa ni pañales pasan el día para acostumbrarse a resistir las picaduras de mosquitos». «A los niños le gustan fumar».»El ideal de los indígenas es holgazanear, comer y hacer el amor, y como no muestran recato ni esconden sus actos, los niños a veces buscan imitarlos». «En general, no se valora la virginidad, es considerada una vergüenza». «La mujer debe mantener una completa pasividad. Los chiriguano dicen ‘es un macho’ a la que demuestra contrariedad. Desprecian a La mujer que sale del rol exclusivamente pasivo.» «El beso es desconocido en todos estos pueblos y nunca se dan un abrazo. Una choroti, que aprendió el gesto en un ingenio azucarero con seguridad, una vez sorprendió a un español abrazándolo». «Para seducir un hombre, a veces la mujer recurre a embrujos». «En Bolivia usan un filtro conocido como Guakanki». «Si nacen hijos de padres blancos, su tez será más clara, y ellos los prefieren, porque estas niñas tendrán posteriormente más éxito». «Cuando dos mujeres entre los suhin pretenden a un mismo hombre, luchan entre ellas, en un torneo organizado. Armadas de uñas y dientes de animales, se arañan y destrozan mutuamente, ambas terminan bañadas en sangre». «Todos son muy hospitalarios, ofrecen miel, mandioca asada o un gallo faenado, y hasta sus hijas». «Aquellos cuya estructura facial recuerda más bien a la raza asiática serán más inteligentes, otros, que presentan rasgos africanos, son inferiores a ellos». «La obesidad es muy rara». «Jamás tendrán mala dentadura o caries, ignoran la calvicie». «No admiten que la mujer muestre sentimiento alguno, ni rechazo, ni deseo, ni placer; debe permanecer indiferente, como una estatua». «Los sueños les inspiran temor». «Temen a los fantasmas». «Creen en la metempsicosis, y cuando muere una mujer piensan que su espíritu se refugia en el cuerpo de un perro o un zorro, por eso jamás matan esos animales». «No existen cementerios». «Muy raramente posan con buena gana. Dejaron que tome fotos grupales, pero jamás permitieron que se me tradujeran palabras de su lengua».
