«Amo el amor aun más que a la amada», llega a acuñar el tavyrai de Cioran, nos explica hoy Paranaländer en un texto reivindicatorio de dicho afecto.
Por: Paranaländer
Oh hay solo dos definiciones del poema, como epitafio (Eliot) y como gesto a la amada (Goethe, Elegia de Marienbad, las legendarias cartas de Lugones salpicadas de su semen y sangre), el resto es literatura. Acá hoy hacemos la defensa del amor, a favor de Goethe y en contra de Balzac. No tiene edad ni norma moral alguna. Es una astucia de la razón sentimental, una manera de que la agobiante vida diaria sea superada y puesta en epojé todo el tiempo. Amo el amor aun más que a la amada, llega a acuñar el tavyrai de Cioran. No amor a la sabiduría sino al amor. Es la fiebre que colorea y embelece este valle de lágrimas kempisiano.
Doncella (de Tilhouze): del libro Cuentos droláticos. Es un Balzac moralista. Al considerar que el señor de Valesnes (60 años, feo) abusó de su condición para acceder al honor de la doncella de Tilhouze, se aprovechó de su dinero para tal hazaña. Pero seamos nihilistas, con su fealdad y vejez tenía todas las de perder ante competidores más jóvenes, y ese hándicap equilibraba -gracias al uso discrecional de dinero- tal injusticia natural. Balzac decía: «Una noche de amor es un libro de menos». Frase perfecta de un calvinista y stajanovista de la moral. El primer anti pedofílico (ni eso, apenas anti abuso del poder del dinero) es Balzac, el moralista del siglo XIX, en La doncella de Tilhouze. Balzac: «Es un museo Dupuytren in-folio. Es un bello hongo de hospital» (Hippolyte Taine)
«Elegía de Marienbad»: En Marienbad (1821), Goethe conoce y se enamora de Ulrika von Levetzow, de 17, criatura alegre y maravillosa. Durante tres veranos se ven. Goethe tenía 72 y pensó seriamente en el matrimonio. Después de una lucha interior decidió renunciar, y todo el drama de la renuncia está expresado en la «Elegía de Marienbad», al tiempo que la punzante delicia de este amor tardío, que el poeta simboliza en las palabras iniciales de paraíso e infierno.
¿Qué he de esperar ahora de un encuentro?
¿De las flores cerradas de este día
Esa necesidad de amar
Y ser amado, ha desaparecido;
¡Sólo existe el placer y la esperanza
¡De la acción inmediata y decidida!
Si el amor al que ama le entusiasma
Conmigo ha sido pródigo y benigno;
¡Pero todo por ella! Si un íntimo pesar
Nos sobrecoge el cuerpo y el espíritu,
E imágenes medrosas nos rodean,
Y dan angustia al corazón vacío.
Nuevamente sentimos la esperanza
Cuando ella luminosa nos espera.
A la paz de ese Dios, que aquí en la tierra
Nos hace más feliz que la razón, según nos dicen
Los libros, comparo yo la paz de amor que siente
Haz como yo y alegre
Mira el instante. ¡No lo dudes!
Corre al encuentro vivamente,
Entrégate al amor alegremente.
Sólo donde tú estés, estará todo
Ingenuamente, y serás invencible
¡Que de nada me sirve tanta sabiduría y ciencia!
Cómo olvidarla, ah ya no es posible,
Su forma se repite en mil imágenes,
Tan pronto se estremece y vagarosa,
Tan pronto pura, radiante, hermosa;
¿Cómo encontrar consuelo en la marea
¿De mi incesante ir y venir?
¡Dejadme solo aquí, fieles amigos!
Entre las rocas y entre el musgo verde;
Adelante seguid, tenéis abiertos
La tierra, el mundo, el cielo infinito.
Mirad en torno y observad las cosas
De la Naturaleza misteriosa.
Todo lo tengo aquí, yo estoy perdido,
Yo que era el preferido de los dioses;
Me quisieron probar, la caja de Pandora
Me entregaron tan rica de dones y peligros;
Y cuando hacia los labios la llevaba,
Me la quitan de golpe y me destruyen.
(fragmentos)