«Mafalda es un producto que nace de la publicidad con la intención de crear una identificación con un determinado sector de la sociedad. Le salió joya. Quino y Mafalda son los abanderados de la clase media ilustrada argentina. Esto parece una crítica o un insulto, pero no lo es», escribe Derian Passaglia.
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Por: Derian Passaglia
Murió Joaquín Salvador Lavado Tejón, conocido bajo el seudónimo de Quino, dice Wikipedia. También dice: fue un humorista gráfico e historietista argentino. Su obra más conocida es la tira cómica Mafalda, publicada entre 1964 y 1973. El País tituló: “Muere Quino, creador de Mafalda y el dibujante más internacional del idioma español”. En los principales medios de Uruguay, Brasil, Estados Unidos también salieron notas. Quino es el historietista más grande de la historia Argentina y su influencia todavía es incalculable. No es solamente parte de la cultura argentina, es uno de los creadores de la sensibilidad y la cultura de una Nación. Hoy vi una foto de César Aira sentado junto al monumento de Mafalda, en el barrio de San Telmo, entre las calles Chile y Defensa, al pie de un edificio donde vivió Quino mientras creaba al personaje.
Vi un video donde Quino cuenta cómo nació Mafalda, en una entrevista que le hicieron, en los años noventa supongo, para el programa Caloi en su tinta.
-Ha llegado el momento de la pregunta inevitable -dice Caloi-, le habrán hecho alguna vez… ¿Cómo nació su personaje?
Quino se ríe. Los demás invitados ríen.
-Mirá, nació por encargo de una agencia de publicidad. Es una historia rara, porque había una marca de electrodomésticos que quería hacer publicidad encubierta, crear una tira familiar. En esa época estaba de moda Charlie Brown, Rabanito… Entonces querían hacer algo muy parecido a eso. Y regalárselo a los diarios para que… La publicidad no tenía que decir: ‘¡qué buena que es esta aspiradora!’. Si no que fuera una tira en la familia pero que si la mamá estaba limpiando con la aspiradora viera más o menos ese modelo, la heladera también. Y bueno, no sé por qué, esto no se hizo nunca. Se iba a lanzar el producto con el nombre de Mansfield, entonces también pidieron que el nombre se pareciera. Entonces también buscando qué nombre tenía una M, una A, una F. Viendo una película que se llamaba Dar la cara, trabajaba Leonardo Favio me acuerdo, alguien entra a un dormitorio, así, hay un moisés, y dice: ‘qué linda la nena, ¿cómo se llama? Mafalda’. Y bueno, ahí apareció el nombre.
Mafalda es un producto que nace de la publicidad con la intención de crear una identificación con un determinado sector de la sociedad. Le salió joya. Quino y Mafalda son los abanderados de la clase media ilustrada argentina. Esto parece una crítica o un insulto, pero no lo es. Es una descripción. No es fácil volverse el estandarte, acumular tanto poder en el apellido diría el poeta Daniel Durand, como para volverse los sueños, las esperanzas, el discurso, el modo en que una clase determinada cree pensar.
Quino gusta por derecha y por izquierda, junta a todos los sectores de la sociedad, se puede usar para todo. Sus tiras son compartidas en Facebook por mi ti tía Tuti que es alta gorila (te quiero, tía) y yo mismo he dado en mis clases a los nenes de primer año algunas tiras de Mafalda que tengo más bien una sensibilidad totalmente opuesta a la Tuti. Al cipayo suele encantarle Quino, porque nos deja bien parados en el mundo. Reconcilia las clases, pacifica las conciencias, muestra las contrariedades del sistema desde una moral superior, nos vuelve hermanos.
Puedo hablar de literatura, lo que más o menos sé. Quino me hace acordar a Mario Benedetti. Comparten un mismo espíritu de época, una generación, una misma actitud frente al mundo. El que me introdujo en la literatura de Benedetti fue José. ¿Te acordás cómo lo leímos en aquella época? Usabas el pelo largo y remeras del Che. Éramos nuevos en el mundo, queríamos cambiar las cosas. Era el año 2005 o 2006, el nuevo siglo era todo nuestro. Leí a Benedetti febrilmente, durante las madrugadas de las noches húmedas de la zona sur de Rosario, mientras esperaba los ruidos de tiros a lo lejos en silencio. No me arrepiento. Benedetti fue un momento importante de mi formación lectora, no reniego. Lo recuerdo con cariño porque entiendo desde el lugar y el momento en que escribió. Calculo que lo mismo debe pasar con el cariño que siente la gente por Quino.
Me alejé de Benedetti por cuestiones estéticas e ideológicas irreconciliables. La forma de representar lo político es ingenua, cándida, amorosa incluso, lo político y el amor se cruzan, lo político y la intimidad en el caso de Benedetti, lo político y la institución familiar en el de Quino. Muestra a través de su obra que el mundo es desigual, que los ricos son ricos no porque sí, que el poder lo tienen los de arriba y los de abajo son los desfavorecidos, que las instituciones están mal, que hay que luchar por cambiar las cosas, que hay que hacerse preguntas ingenuas y esenciales para cuestionar lo dado, que esto así como está, tal como marcha el mundo, no va más. Para la formación de cualquier persona con inquietudes Quino es un referente, un modo claro y llano de acercarse al arte sin la mediación y la dificultad propia del arte, es decir, un clásico.