Dijo ser víctima de escuchas ilegales como lo hacía la policía de Pastor Coronel, editados y sacadas de contexto con malas intenciones, a fin de dañar su “imagen”.
Aferrado con uñas y dientes a su cargo de legislador, el diputado liberal Carlos Portillo hizo uso hoy de todo tipo de argumentos para zafar de la que sería su inminente pérdida de investidura por parte de la Cámara Baja.
Portillo se pronunció en la mañana de este miércoles durante la sesión ordinaria de la Cámara Baja, sobre los audios filtrados por Radio 1000, en los que se lo escucha en un aparente negociado por cargos en la función pública y en el Poder Judicial.
El legislador dio a entender que los materiales fueron montados (recortados, editados e interferidos, según él) para desvirtuar su “imagen”.
“Categóricamente buscaban desvirtuar la atención con otros sonidos para implicarme en algún tipo de negociado del cual niego rotundamente haber sido parte”, aseveró. “Quieren dañar mi imagen y mi reputación, de una potencia como lo es de Alto Paraná”, dijo.
Aseguró que su persona una vez más es objeto de “maliciosas manipulaciones”.
Alegó que en uno de los audios solo mencionó a un grupo de personas que se le acercaron para solicitarle nombramientos en la Cámara de Diputados, que se esforzaran para el efecto.
“Jamás pedí suma de dinero a nadie por nombramientos”, aseguró, según las propias declaraciones divulgadas por radio 1000.
En referencia al audio en el que hace alusión a un expediente judicial, argumentó que el material data de “mucho tiempo atrás”. Portillo denunció finalmente que es objeto de una persecución mediante audios obtenidos ilegalmente.
“Producto de escuchas ilegales como lo hacía la policía de Pastor Coronel, editados y sacados de contexto con malas intenciones, con el objetivo de perjudicarme, no prueban ningún hecho irregular ni mucho menos uso indebido de influencias como pretenden”, aseveró.
