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viernes, noviembre 29, 2024

Tiempos modernos, de Charles Chaplin

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«Tiempos modernos» habla explícitamente de política. La figura que se usa es la de un trabajador de fábrica. Hay muy pocas obras de arte donde el héroe es un trabajador. Por: Derian Passaglia

Volví a ver Tiempos modernos, la película de mi infancia. ¿Por qué no miraba El rey león o Toy Story como los chicos normales? Mi papá había comprado una colección de VHS que venían como suplemento en el diario Página/12. De esto pasaron ya más de veinte años, en la década de los noventa. Fascinado con los movimientos hiperactivos de Chaplin, el blanco y negro misterioso, la mudez de una película que se movía al ritmo de una orquesta, las tuercas, las máquinas y las fábricas de los escenarios, ponía el VHS una y otra vez, lo rebobinaba y lo volvía a poner en la videocasetera.

Me conozco absolutamente todas las escenas de la película, todo lo que va a pasar, todo lo que va a venir. Pero vista desde la distancia, hay significados que se me escapaban. Por ejemplo, nunca entendí que cuando Chaplin está en la cárcel se droga involuntariamente con cocaína. Un preso descarta la droga en el salero, Chaplin le echa sal a la comida y el bigote le queda blanco. Para alguien que no podía captar esos significados ocultos, la lógica de Chaplin era la de un mimo rebelde, que actuaba así porque estructuralmente el personaje es así: inquieto, medio loco, payaso, atrevido. En una película estrenada en 1936 se toma cocaína, de manera que muestra lo que no se mostraba, y este hecho es revolucionario.

Tiempos modernos habla explícitamente de política. La figura que se usa es la de un trabajador de fábrica. Hay muy pocas obras de arte donde el héroe es un trabajador. Para encontrarlas hay que buscar en los cuadros de Benito Quinquela Martín, en el arte soviético stalinista, en los poemas de César Vallejo de mineros que van a la mina. El trabajador es sufrido en muchos casos, explotado, encorvado, triste. En el arte soviético no, ahí el trabajador es fuerte y musculoso y todo lo puede. El trabajador en Chaplin está mecanizado y tiene tics que le quedaron de tanto ajustar tuercas, es gracioso por cómo camina y esconde el deseo de progresar, dejar la pobreza y ascender en la escala social. Los trabajadores como héroes son de mis personajes favoritos y algún día sueño con escribir una novela donde un vendedor ambulante en el tren salve al mundo del capitalismo.

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