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lunes, noviembre 25, 2024

Los 2 Valdovinos

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Paranaländer reúne a los dos Valdovinos de nuestras letras, uno (Néstor Romero) sobresalió por sus crónicas periodísticas, el otro (Arnaldo) quizás más por sus ensayos parawayensis.

 

Arnaldo Valdovinos (Villeta, 16 abril 1908-Buenos Aires, 1991)

Néstor Romero Valdovinos (Asunción, 1916- Asunción, 17 diciembre 1987)

 

De Arnaldo es célebre su poema “Mutilado del agro” (1935):

Quién duda que te hará falta esa pierna,

cuyo pedazo trunco,

hoy oscila como péndulo roto

entre tus dos muletas!

 

Néstor Romero Valdovinos también escribió poesía social en guaraní y castellano como “Che rymba jagua” y “Ykua apére”, del cual copiamos aquí el primer cuarteto:

 

Cheañomi ko che kotýpe mandu’ape añeñañuäva,

Aipotágui pukavýpe jepiguáicha neapysë.

Ha akóinte rohecháva kambuchi nde jyva guýpe

Reipykúi ramo rehóvo torypápe ykua rape.

 

Enriqueció el cancionero paraguayo con “Tardes asuncenas”, “Renacerá el Paraguay”, “El arribeño”.

 

Arnaldo escribió “Marcha Canción del Batallón de Estudiantes” (1932, publicada en la revista Ocara Poty Cue-Mi, 56.7), que fue musicalizada por Remberto Giménez.

Néstor Romero escribió “Renacerá el Paraguay” que fue musicalizada por Herminio Giménez.

 

En prosa escribió Arnaldo “Bajo las botas de la bestia rubia” (cuentos, 1932) y “Cruces de quebracho” (novela, 1934).

Néstor, por su parte, incursionó en el teatro en la línea de Julio Correa: “Mbokaja ha’eño”, “El nuevo comisario”, “Hilarión en Buenos Aires”.

Ambos fueron periodistas.

Néstor sobresalió escribiendo crónicas en el semanario Guarán (1938), sin dudas verdaderos trabajos pioneros dentro del periodismo investigativo paraguayensis (sobre La Chacarita, El Buen Pastor, El manicomio, etc.).

Arnaldo fue jefe del Ministerio de Agricultura en el gobierno de coalición de la Primavera democrática de 1946, e interinó el de Industria y Comercio.

Néstor, al volver del exilio,  fue jefe de redacción del diario Hoy hasta su muerte.

Arnaldo fue Teniente 2° de Reserva en el arma de Infantería en la Guerra del Chaco.

He descubierto recientemente su libro de ensayos e historias: “La incógnita del Paraguay” (1944, Buenos Aires, editorial Atlántida, 160 pp).

“Caá yarïi no perdona, mata” (en VIII La yerba mate en la superstición y la leyenda)

“El señor Taylor que sabe que lo que gana un obrero de nuestro país en un mes, en el suyo lo gana en un día” (en XVI Fábricas).

“Esta fuga obedecía al hecho de haber sido atacada la tribu a la cual pertenecía la familia de Silvano por una partida de indios antropófagos, los Mberivé-guasu” (…) “Pensó que valía la pena proseguir sin desmayos sus investigaciones científicas. A eso, precisamente, había venido de Suiza, hacía ya varios años.Lo había empujado un afán de conocimientos.Ea don Moisés un aventurero y etnógrafo de primera talla. Y casi un místico”  (en XV Dolor de indio).

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