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sábado, noviembre 23, 2024

-En la colonia penitenciaria-, el mejor cuento de Franz Kafka

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Kafka no es un escritor de ciencia ficción, pero comparte con el género de la ciencia ficción el hecho de la profecía: se adelanta al futuro a través de la descripción simbólica del presente… Por: Derian Passaglia

Quizá haya sido Kafka el escritor que describió como nadie el funcionamiento del mundo en el sistema capitalista. Es paradójico, porque en general sus relatos no tienen referencias ni ningún tipo de marca que remita a la realidad. Entonces, ¿de qué manera describe nuestro mundo, nuestro presente, más de un siglo después de haber sido escrito este cuento?

Kafka no es un escritor de ciencia ficción, pero comparte con el género de la ciencia ficción el hecho de la profecía: se adelanta al futuro a través de la descripción simbólica del presente, de su presente. Como le gustaba a Borges, Kafka escribe símbolos que revelan secreta, encubiertamente, la forma de organización del mundo.

“En la colonia penitenciaria”, cuento escrito en 1914, pero publicado en 1919, narra una ejecución pública en una isla remota, que es la colonia penal de un país poderoso del que no se especifica el nombre. El existencialismo se cuela siempre en el estilo de Kafka: el condenado no sabe lo que hizo, y quizá tampoco le importa, porque no tiene ninguna capacidad de reflexión, el personaje parece como si fuera un perro.

Mark Fisher, otro profeta que describió sociológicamente el mundo actual, plantea que vivimos en una “burocracia estalinista de mercado”, es decir, hoy en día la burocracia domina todos los aspectos de la vida. Lo mismo pasa en todo relato de Kafka, y pasa en “En la colonia penitenciaria” como en ningún otro: la muerte del condenado es un trámite burocrático, que el viajero, personaje principal del cuento, audita frente a un joven oficial.

Hay una máquina también. Con esa máquina se va a dar muerte al condenado. El oficial muestra al viajero cómo funciona: el cuento es cruel, inhumano, alemán, preciso. No hay poesía, no hay fantasía, apenas un marco legal que se debe cumplir. Toda máquina, aunque precaria, supone la tecnología y supone a la ciencia ficción. En este caso es una máquina de muerte, una máquina administrativa de un Estado, al parecer, totalitario e implacable. El cuento se puede leer acá.

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