Mucha de la literatura realista que se escribe sigue siendo moralista, pero involuntariamente moralista. Tolstoi tiene las cosas bien claras: debe educar al pueblo. Por: Derian Passaglia
El realismo decimonónico proviene, en algún sentido, del género de la fábula: detrás de cada gran novela realista hay un mensaje que el lector debe interpretar, un mensaje que el autor proyecta sobre el narrador, a través del estilo indirecto libre y la condena moral o social sobre los personajes.
Lev Tolstói, quizá por eso, es el gran escritor realista, incluso más grande que los franceses. Su obra literaria no puede pensarse ni concebirse sin tener en cuenta su profunda fe en la religión católica, y en cómo este catolicismo constituye no solo un sistema de valores, sino además una forma literaria que, leída hoy, se vuelve de vanguardia. Mucha de la literatura realista que se escribe sigue siendo moralista, pero involuntariamente moralista. Tolstoi tiene las cosas bien claras: debe educar al pueblo.
“Iván el imbécil”, un cuento clásico de Tolstói, resuena mucho en el estilo de un escritor argentino contemporáneo como Pablo Katchadjian. Se trata de una narración rápida, clara y sencilla, con un argumento sin demasiadas vueltas, que involucra elementos fantásticos y humorísticos: es imposible no reírse a carcajadas leyendo las peripecias de Iván, sus hermanos y unos simpáticos y divertidos pero maliciosos diablillos.
Iván el imbécil, Semión el guerrero y Taras el Panzudo, tres hermanos de un rico campesino, vivían en paz y armonía y el diablo, que no soporta verlos unidos, manda a tres diablillos para hacerlos pelear. ¿Por qué el diablo se empeña en esto? No hay porqué. Semión es soberbio, Taras codicioso, y al final se quedan sin su parte de la herencia, por culpa de los diablillos, y deben recurrir a la gracia de Iván. Pero Iván es bueno y trabajador, y aunque logra convertirse en Zar, nunca deja de trabajar la tierra. Solo las personas bondadosas y trabajadoras podrán vencer las tentaciones y maniobras maquiavélicas del diablo. Link para leerlo.