En una jornada marcada por una nueva convención partidaria, la Asociación Nacional Republicana (ANR) volvió a mostrar su disciplina interna, mientras lo que resta de la oposición paraguaya se dispersa en lamentos y reproches a través de las redes sociales.
El partido gobernante exhibió su fuerza unificada, ampliando su sustentación política con figuras provenientes de la oposición como el senador Kemper y otros de Cruzada Nacional, en un gesto que simboliza la seducción de su propuesta política y el reconocimiento de una estructura partidaria sólida y efectiva.
En este contexto, el diputado Raúl Benitez del Encuentro Nacional se ha manifestado en la red social X (antes Twitter) con una convocatoria a la sinceridad y a la acción colaborativa con organizaciones sociales. Llamó a trascender los límites del Congreso y asumir una “postura de resistencia activa”.
Nadie se hubiera enterado de este vibrante llamado épico si otro actor de la oposición, el jurisconsulto Guillermo Ferreiro, no hubiera respondido indignado, exigiendo autocrítica al espacio liderado por Kattya, en una escaramuza clase b, típica de las de ligas menores de la política.
La posterior respuesta de Benítez a Ferreiro fue evasiva, prefiriendo poner paños fríos, quizás para preservar lo que queda del naufragio de las elecciones presidenciales pasadas.
Por su parte, el activista anticorrupción Ezequiel Santagada descalificó duramente a la oposición, tachándola de disfuncional e incapaz de aprender de sus errores, sumida en un espectáculo deprimente. Con una visión crítica y desilusionada, hizo un llamado urgente a una oposición seria y responsable, lamentando la totalidad de sus falencias.
Este cruce anecdótico solo reflejó un marcado contraste entre un Partido Colorado que afianza sus filas y una oposición que parece debilitarse y fragmentarse aún más en el espectro político nacional.
Este intercambio en X no es sino un síntoma de una oposición sin referentes ni proyecto político, en un momento en que la ANR se consolida, mostrando al país y al mundo su capacidad de mantener el orden interno y proyectar una imagen de unidad inquebrantable.
