El presidente del Congreso, Basilio Núñez, destacó la importancia de la cooperación internacional en la lucha contra el narcotráfico, pero aseguró que el control debe ser de las instituciones del Estado, respaldando la reorganización propuesta por la Senad.
El presidente del Congreso Nacional, el senador Basilio Núñez, expresó su respaldo al ministro de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), Jalil Rachid, tras la solicitud de reestructurar la cooperación con la Administración de Control de Drogas (DEA). El objetivo de este cambio es fortalecer el Departamento de Antinarcóticos de la Policía Nacional y mejorar la eficacia en la lucha contra el narcotráfico.
«Mi voto de confianza para el ministro de la Senad es inalterable. Paraguay dejará de ser un país narco», afirmó Núñez, destacando los avances logrados bajo la administración de Santiago Peña y criticando el manejo de gobiernos anteriores, donde funcionarios estuvieron vinculados con el crimen organizado. El legislador mencionó como ejemplo el caso del exministro del Interior, Arnaldo Giuzzio, y su relación con el capo narco brasileño Marcus Vinicius Espíndola Marqués de Padua.
Núñez hizo hincapié en la importancia de la cooperación internacional para combatir el narcotráfico, pero subrayó que «la DEA no vendrá a darnos la solución definitiva si nosotros no ponemos voluntad política». Para él, las acciones deben estar bajo el control de las instituciones paraguayas, como la Senad, que necesita tiempo para continuar su labor de manera efectiva.
El redireccionamiento de la cooperación con la DEA fue solicitado por Rachid debido a la necesidad de optimizar recursos humanos en la Senad, que actualmente cuenta con solo 300 agentes en todo el país. Con esta reorganización, se espera disponer de más efectivos para investigaciones, incluyendo el retorno de 15 agentes que colaboran con la DEA, quienes se reincorporarán al trabajo de inteligencia.
