En su envío del día, nuestro columnista Paranaländer comenta la graciosa confusión que tuviera Jean Genet, célebre escritor francés, cuando conoció al conjunto musical «Les Guaranis» (formado por expatriados paraguayos en Francia) y creyó que se trataba de música propia de la etnia homónima.
Por: Paranaländer
Jean Genet vio una actuación del grupo folklórico «Les Guaranis» y escribió un hermoso texto, viendo a través de sus canciones y danzas el espíritu de los guaraníes. Quizá la confusión entre el nombre del grupo y la de la etnia llevó al escritor franxute a tomar por verdaderos guaraníes a la banda folklórica de Marín y cía. (Francisco Marín, Cristóbal Cáceres, Gerardo Servín, Ángel Sanabria, Florencia Marín).
Les 4 Guaranis – como dice el texto de uno de sus vinilos de 33 impresos en Francia en 1953 por el sello BAM- se formaron en 1942 en Asunción. Se mudaron a Francia en 1951. Además de estándares de la música paraguaya (Pájaro campana, Che lucero aguaí, India), su repertorio incluía, cuencas, gatos, carnavalitos, bailecitos, zambas.
En un artículo publicado el 2 de junio de 1972, a propósito de la actuación del grupo folklórico Les Guaranis en Vernon, Francia (traducido e incluido en el libro El enemigo declarado, Jean Genet, 2010, errata naturae), Genet escribió:
Digámoslo rápido: los guaraníes cantan y bailan y se me saltan las lágrimas. Tal vez se deba a la gran tristeza de sus cantos –los más alegres son desesperados (…) He escuchado cantos aún más tristes: yo era de piedra. ¿Qué ocurre? La calidad excepcional de los guaraníes se mide, pues, por lo siguiente: lo llaman a reflexión, no entorno a sí mismos, sino sobre las exigencias de la poesía, cuyo tema esencial es el amor y la muerte (…) Esto es lo que me parece importante: los indios guaraníes no hablan de sí mismos. Ni de su pueblo, el pueblo (¡que cree en sus artistas!), el pueblo habla. No de sí mismo, no de un modo confuso, al contrario, se expresa por medio de un conjunto grave, casi litúrgico (…) El indio nos transmite -¡ay!- la más profunda, y, tal vez, la única verdad de América del Sur: la miseria. Vuelve a decirnos -¡y en qué tono!- lo esencial de la poesía: el amor y la muerte en una raza diezmada, aniquilada (…) Altivos, tristes, adornados, sin virilidad impostada, los hombres son los más visibles; sin embargo, su desfile es en honor de la mujer, ligero pretexto y pretexto adorado, centro casi invisible de esa gravitación de astros sombríos y graves (…) No nos atrevemos a aplaudiros. Uno querría observar en sí mismo durante largo tiempo la prolongación de vuestros acentos desconsolados. Sois los indios guaraníes y habéis vuelto risible, insoportable, la trivialidad de nuestros berreos, nuestras cantinelas y nuestros farsantes (…)
Marín, fundador del conjunto musical Les Guaranis, fue un iteño que estudió en el colegio Alemán, se afilió al partido febrerista y luego, al parecer, al partido comunista. Fue amigo y contemporáneo de Flores, Elvio, Valdovinos y, sobre todo, del genio guaireño Félix Pérez Cardozo. Murió en París en 2008. Sus cenizas fueron esparcidas en el arroyo Paranambú de Itá.