En la edición de este lunes 27 de julio, el diario de mayor tirada de nuestro país fustigó a la oposición política por considerarla pusilánime para articular un proyecto de país alternativo. «Sin vocación de poder», «falta de identidad», «mezquinos», «incapaces de ofrecer algo atractivo electoralmente», son algunos de los epítetos que usó el matutino para referir a sectores no colorados.
«Los sectores políticos, fuera del partido de Gobierno, no demuestran siquiera intenciones de disputar espacios seriamente, y se limitan a esperar las migajas que caigan de la mesa donde los sectores colorados se reparten impunemente beneficios» dice en su párrafo inicial el editorial de ABC Color de este lunes 27 de julio.
Tal como señaló ese mismo lunes El Trueno en su edición digital, sectores tradicionalmente anticolorados -como los medios de prensa o ciertos referentes de la oposición- están empezando a mostrar su desesperación, desilusión y decepción ante la unidad colorada: es que la posibilidad de que la oposición emule esta actitud de cooncordia es muy lejana.
Según ABC, la oposición es un cúmulo de particularidades caracterizadas por sus egos, mezquindades, cobardía, sin voluntad alguna de constituir una alternativa real de poder. El editorialista -por la pluma, parece tratarse de uno de sus periodistas estrella- no se olvidó de ni uno de los partidos opositores con representación parlamentaria: se ocupó de fustigarlos a todos.
Del PLRA, dijo que es un membrete donde en realidad conviven dos líderes con intereses propios, Llano (a quien considera un cartista más) y Alegre (a quien refiere como un mediocre que se contenta con ganar internas pero sin posibilidad alguna de disputar algo relevante).
A Patria Querida lo considera una nucleación elitista, sin ningún tipo de representación popular. Insignificante.
El Frente Guasu, de acuerdo con este editorial, hace «luguismo», es decir, busca agradar a su líder («un radical de ideas excluyentes»), quien tiene una actitud «mesiánica».
A los partidos Encuentro Nacional y Hagamos los describe como «irrelevantes»; al PDP lo cree «intrascendente».
Este matutino, si bien no se cansa de repetir los prejuicios comunes anticolorados – al caracterizar al coloradismo como un contubernio, sin derecho a buscar la unidad y a tener una aspiración legítima de poder-, en realidad no deja de reconocer que la ANR tiene verdadera representación popular y que es hoy el único partido a la altura de llevar adelante el país en contexto de pandemia y crisis económica mundial.
