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domingo, noviembre 24, 2024

La ideología para Valentín Voloshinov

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Martín Duarte escribe sobre el lingüista ruso Valentín Voloshinov, integrante del círculo de Bajtin. Dicho autor buscó revitalizar la dialéctica, poniendo en primer plano el lenguaje y su relación con la ideología.

En el libro El marxismo y la filosofía del lenguaje,  Valentín Voloshinov busca revitalizar el problema del marxismo respecto a la relación entre estructura y superestructura.

Este problema puede ser entendido como el desciframiento de la real relación entre la base material (orden de las relaciones concretas de producción y organización social) y las formas de la conciencia social (instituciones jurídicas, políticas, arte, moral y ciencia, etc.).

Como otros marxistas del siglo XX, Voloshinov considera que dicha relación ha caído en un esquematismo mecánico, en el que las instituciones no directamente económicas -lo superestructural en el léxico marxista- se conciben como inmediatamente determinadas por las condiciones materiales de la existencia. Frente a esta mirada mecánica, que anula toda dialéctica efectiva de los procesos históricos, el autor ruso propone revitalizar dicha dialéctica desde el punto de vista del signo lingüístico.

El orden de la ideología, pensado desde el signo lingüístico, posee su propia materialidad, como un sistema de leyes inmanentes que no se deduce inmediatamente de las bases materiales de producción económica, por más que éstas últimas constituyan su sustrato.

La ideología, pues, para Voloshinov no es simplemente el signo de la interioridad de una conciencia, algo “mental”. Por el contrario, tiene una materialidad propia, se organiza por la acción comunicativa de sujetos socialmente organizados. El orden ideológico no es un epifenómeno de las condiciones materiales de producción, sino que tiene una operatividad y eficacia propias.

De este modo, la superestructura, que cierto marxismo mecanicista marginalizó, recupera dignidad. El orden del lenguaje y la cultura en general se convierte en el termómetro de los cambios reales de la estructura socioeconómica. En una formulación célebre de Voloshinov y el círculo de Bajtin, la ideología, en tanto signo lingüístico, será pensada como la verdadera arena de la lucha de clases, como la apertura hacia una disputa por el sentido del mundo social.

Así, la materialidad del signo es el aspecto de refracción de todo signo ideológico. Es refractario puesto que los signos no son fichas que traducen de manera clara una realidad sin sombras, sino que estos signos siempre están en disputa, dejan ver la acentuación valorativa de distintos grupos sociales.

El signo refleja y refracta la realidad porque en su ser mismo no hay clausura. Este pensamiento abre la comprensión de la historia más allá de una teleología preestablecida y comandada por el momento de las bases materiales.

Sin desconocer la primacía de la estructura sobre la superestructura, Voloshinov revitaliza la dialéctica del ser histórico al concebir el reino del signo lingüístico como una fuerza igualmente poderosa en la lucha por la transformación de la historia.

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