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martes, mayo 7, 2024

Consejos para traducir sin saber idiomas

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Cualquiera puede hacer sus traducciones Chapita, eso es lo que pasa cuando las técnicas se vulgarizan, cuando la literatura se convierte en clásica. Tienen estas traducciones algo de bot, de copiar y pegar en Google Translate

Por: Derian Passaglia

Las traducciones Chapita habilitan a que el propio lector haga sus versiones de la tradición, que juegue, experimente, se anime a cambiar el signo del pasado en el presente. Las traducciones de los poetas de los noventa no son más que la invención de una técnica, que es lo que permite que la literatura cambie: hay que perseguir el significado del sonido, rodear los significantes “sin detener sus posibilidades en un significado”. Cualquiera puede hacer sus traducciones Chapita, eso es lo que pasa cuando las técnicas se vulgarizan, cuando la literatura se convierte en clásica. Tienen estas traducciones algo de bot, de copiar y pegar en Google Translate. Yo me propuse traducir, ahora que estoy aprendiendo alemán, al poeta Rainer María Rilke y su famoso Duineser Elegien, al que traduzco como Elegiste a Vin Diesel. ¿Qué texto clásico traducirías chapitamente? ¿Qué lengua sagrada bardearías?

El primer poema que traduzco es un fragmento de “Die erste Elegie”, pero el segundo que traduzco también es el mismo fragmento de “Die erste Elegie”, solo que me basé por error en una traducción italiana del poema, y cuando me quise dar cuenta era tarde: ya había traducido más de la mitad. Concentrado en reproducir los sonidos, ni cuenta me di que la lengua era otra. El error funciona a muchos niveles: dos poemas, que son el mismo, traducidos de tres maneras distintas en dos lenguas.

 

Die erste Elegie

Wer, wenn ich schriee, hörte mich denn aus der Engel

Ordnungen? und gesetzt selbst, es nähme

einer mich plötzlich ans Herz: ich verginge von seinem

stärkeren Dasein. Denn das Schöne ist nichts

als des Schrecklichen Anfang, den wir noch grade ertragen,

und wir bewundern es so, weil es gelassen verschmäht,

uns zu zerstören. Ein jeder Engel ist schrecklich.

Und so verhalt ich mich denn und verschlucke den Lockruf

dunkelen Schluchzens. Ach, wen vermögen

wir denn zu brauchen? Engel nicht, Menschen nicht,

und die findigen Tiere merken es schon,

dass wir nicht sehr verlässlich zu Haus sind

in der gedeuteten Welt. Es bleibt uns vielleicht

irgend ein Baum an dem Abhang, dass wir ihn täglich

wiedersähen; es bleibt uns die Straße von gestern

und das verzogene Treusein einer Gewohnheit,

der es bei uns gefiel, und so blieb sie und ging nicht.

O und die Nacht, die Nacht, wenn der Wind voller Weltraum

uns am Angesicht zehrt -, wem bliebe sie nicht, die ersehnte,

sanft enttäuschende, welche dem einzelnen Herzen

mühsam bevorsteht. Ist sie den Liebenden leichter?

Ach, sie verdecken sich nur mit einander ihr Los.

Weißt du’s noch nicht? Wirf aus den Armen die Leere

zu den Räumen hinzu, die wir atmen; vielleicht da die Vögel

die erweiterte Luft fühlen mit innigerm Flug.

 

Por el este viene Elena

Bue, vienen chochos chorreando, un michi y el amigo de Engels,

ordenan? Un gesto selvático, esa nami

diría el Diego es otra michi de la policía, semen vertiginoso

de karatecas que danzan. De nuevo solo haciendo pichí

a las tres con una Scheinder angosta, de nuevo la noche gede,

allá por la vía los beduinos leen Simone Weil, Galasso y al versero de Alá

en tres cuotas del Plan Z. Engels está picado, re afrecho, es un clickbait.

Y vos quién sos, amigo del verano, que las chicas desnudas se ponen a bufar

bajo el durlock de la pared que se cae a pedazos? Vení con los monjes,

traé ajo, un día te van a tirar Merthiolate y te va a salir un chichón,

Engels salió del nicho y trajo teca,

se pone la ropa de Versalles, tiene las tetas veladas. Bebe un vermut,

el airbag le queda chico al tamagochi.

Viene de la cancha de Gimnasia, se para en una estrada,

dan verguenza, son amigos de Talleres y Jenofonte.

En la bici como Garfield, blandiendo un gin tonic,

un gesto bravo de la gangosa chota,

o una Nacha si Nacha revoleara el Walkman.

Un hambre tiene el zar, o es Angelici el que viene?

Sangra la tarde, lechosa la deja a la chirusa,

dos o tres de muzza me clavaría. Es esto la libertad?

Así, verdes los siglos no te voy a mentir.

Viste la noche estrellada? Aman y mueren leyendo

y se clavan un ramen de divino amén. Vienen con Hegel también,

trae un loro sentado en un pug.

 

Prima elegia

Chi, se pur gridassi, mi udrebbe dalle gerarchie

degli angeli? E se uno mi stringesse d’improvviso

al cuore, soccomberei per la sua più forte presenza.

Ché nulla è il bello, se non l’emergenza

del tremendo: che possiamo appena reggerlo ancora,

e lo ammiriamo tanto, perché rilasciato

non degna distruggerci. Ognuno degli angeli è tremendo.

E mi trattengo così, e inghiotto l’appello d’oscuri

singulti. Ah! Chi possiamo allora chiamare in aiuto?

Gli angeli no, gli uomini no, e i sagaci

animali già lo notano che non siamo troppo

affidabili a casa nel mondo già interpretato.

Ci resta forse un albero sul pendio, che ogni giorno

possiamo rivedere; ci resta la strada di ieri

e l’adusato fidarsi di una abitudine, cui piacque

stare in noi, così rimase, e non se ne andò.

Oh, e la notte, la notte, quando il vento colmo

di cosmici spazi ci corrompe il volto – a chi mai

potrebbe mancare l’agognata, che sì dolcemente delude,

lei che di fronte al cuore solingo con fatica

si dispone? È più lieve agli amanti? Ah!

si nascondono soltanto l’un l’altro il destino.

Non lo sai ancora? Getta dalle tue braccia il vuoto

verso gli spazi che respiriamo; forse là gli uccelli

sentono l’aria dilatata con volo più intimo.

 

Mi prima Olga

Che, el puto de Baldassi pide perdón por la agachada,

angélicos grisines. Se cree un tigre improvisado,

tiene el cuore socavado por la presencia de mi prima.

Che, nada es bello, nada emerge en la emergencia

del tremendo: pasamos a recogerlo en un ancla

y lo mamamos tanto que pedía un rescate,

no da un disturbio así, los ángeles se ponen tremendos, del orto.

Yo me mantengo así, apelo a los oscuros ignotos de la oscuridad

sagrada. Ah! A quién llamamos ahora que nadie tiene auto?

Con los ángeles no, gil robado, no, son sagrados,

animal nonato que salta como sapo,

afiebrado que en su casa interpreta la danza del enfermo.

Perdido solo en la verja cuento los versos, mi prima Olga

es un trastorno. Pasamos por la cancha de River,

le gustaban las gradas, me dijo: ñeri,

es muy adusto fijarse en una aceituna, vamos al parque,

nos quedamos ahí, tiramos unas rimas, ando con el no fácil.

Oh, la noche, la noche cuando el viento colma

de cómicos españoles corrompidos por los votos,

chicos malos pobres, mancos agigantados, dulces de la mente.

Che, le di al corazón de frente con una faca,

esto se pone? Qué puto lindo me va a amamantar? Ah,

si sueltan a los recién nacidos para los otros hay un destino.

No la querés sacar? Dale, gata, con tus brazos brutos,

con el verso que se esparce como respiro, la gila tiene fuerza

para sentarse dilatada con el culo en mi pera.

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