Paranaländer se pinta de rojo y remonta sequías e inundaciones de las décadas de los 70 y 80, para oír las crónicas de los ayoreo en conflicto con los koñone, misioneros, chamakoko, militares.
Por: Paranaländer.
Una noticia periodística que se difundió bastante desde diciembre de 1986 hasta marzo de 1987 (“los totobiegosode sacados recientemente del monte se encuentran en delicado estado de salud, y se informa de la muerte de dos mujeres llamadas Bajo -una chamana- y Quiquia a causa de una epidemia de gripe”) en relación a un encuentro hostil entre dos parcialidades de la etnia chaqueña ayoreo, llevó a preparar un informe-libro a José A. Perasso, publicado por El Lector en abril de 1987.
Tenemos en primer lugar a los entrevistados por el investigador (Pietro Dotto, José Zanardini -salesianos de María Auxiliadora- y los ayoreos de la misma misión católica, Mugui, Oojoi, Boabi, Apai, Cajoi, Ijeai, Pocaningai, Caai y Chiade, a Fred Sammons -director de la Misión A Nuevas Tribus-, Norman Fry, Norman Keefe y Roer Ketcham -todos de la misión protestante-, y con los ayoreos de Campo Loro, sede de esta última congregación: Sobode y Ugai), también están sus fuentes bibliográficas (Archivos de la Congregación Salesiana, Asociación Indigenista del Paraguay, además de autores que se han ocupado de los ayoreos como Susnik, Furlong, Patricio Fernández, Hervás y Panduro, Fulgencio R. Moreno, D’Orbigny, Belaieff, Boggiani, Cardus, Métraux, Norman Lewis, etc.) y, por último, los protagonistas directos o indirectos de estas crónicas: los salesianos, evangélicos, menonitas, militares, etc.
Imposible resumir 130 páginas en 3 párrafos, así que decido extractar frases del libro que me suscitaron más de un retintín estruendomudo:
“Hacía 3 años que no visitaba la misión salesiana, pero mantenía siempre contacto con su gente a través de cassetes grabados”.
“Dotto se refiere al cacique chamakoko Nicasio, quien había capturado a dos niños ayoreo, Ahopi y Guarehe, y los tenía como siervos que ya no recordaban nada de su lengua”.
“Según la chamakoko de Puerto Guaraní (en 1956), Carmen Viuda, el asesinato de Boggiani y de su compañero Gavilán por los chamakoko fue precisamente a causa de que éstos intentaron tomar contacto con un grupo de ayoreo selvícolas”.
“Las primeras noticias registradas sobre un encuentro pacífico de un koñone-civil (“los que hacen cosas sin sentido, raras” según los ayoreo) con los ayoreo, corresponden al denominado Sargento Martínez en la década de 1930. Éste residía en puerto Diana y en tres oportunidades penetró en aldeas ayoreo conviviendo con ellos por algún tiempo. El Sargento obtuvo a Aurora, su mujer, como presente”.
“Actualmente (1987) en el Paraguay solo quedan en estado selvícola alrededor de unas siete familias pertenecientes al grupo totobiegosode, en el área Madrejoncito-Bahía Negra; los demás ayoreo fueron reducidos en Puerto María Auxiliadora por los salesianos, y en Campo Loro por las Misioneros de A Nuevas Tribus. Algunos se hallan en la colonia Chovoreca, proyecto ayoreo de la Asociación Indigenista del Paraguay”.
“Ikevi, quien iba en la carrocería del camión con Dotto, se pintó el rostro de rojo con el lápiz labial que traía consigo para el efecto (rojo símbolo de júbilo, negro de guerra) y descendió; Dotto los siguió y luego también Ruggero. Repartieron ropas y caramelos a los tres jóvenes selvícolas y luego éstos pintaron el rostro de los salesianos”.
“Los miembros de la banda rebelde tratan de cumplir con algunas observancias alimenticias antiguas: el primer trozo de carne de oso hormiguero seguía siendo ritual y rechazaban muchos de los alimentos suministrados por la misión”.
“Dotto destacaba que en el destacamento de Fortín Batista una epidemia de viruela cobró la vida de unos cuarenta ayoreo. Durante la mudanza a Cauce Indio se produjo una epidemia de sarampión”.
“Nunca pierden contacto con la misión, manteniéndose las relaciones a través de cassetes grabados. La radio-grabadora pasa a constituirse así en componente y elemento esencial de comunicación entre los ayoreo”.
“Las parcialidades ayoreo tienen derecho, reconocido por la Ley 904, a conservar su modo de vida, organización social y tradicional conforme a su deseo”.
“Las tradiciones chamakoko destacan las matanzas de ayoreo cometidas por el cacique Basebyke”.
“No sea imprudente disparando a los moro sin motivo. Use su arma solo en legítima defensa”.
“En 1956 fue capturado el ayoreo Ikevi en una estancia al oeste de Bahía Negra cuando andaba buscando cogollos de palma. Los peones paraguayos Pedro Patiño y Modesto Martínez sorprendieron al grupo ayoreo y los persiguieron a caballo logrando enlazar a Ikevi, quien fue trasladado a Asunción en donde fue exhibido como animal raro”.
“Los varones son tranquilos y piadosos mientras las mujeres jóvenes son sexualmente agresivas por cultura”.
