Mientras que la Inversión Extranjera Directa cayó un 34,7% en América Latina, Paraguay es uno de los pocos países donde, contrariamente al promedio latinoamericano, ese índice creció con relación a la etapa prepandémica.
La inversión extranjera directa de América Latina y el Caribe cayó un 34,7%, lo que supone la pérdida de 56.000 millones de dólares y el nivel más bajo en una década, según un nuevo informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de Naciones Unidas (Cepal) presentado este jueves.
En concreto, la inversión extranjera en la región latinoamericana fue de 105.480 millones de dólares (89.083 millones de euros) durante 2020, lo que equivale al 2,5% del Producto Interior Bruto (PIB).
Para 2021, Cepal estima que la inversión extranjera directa crezca entre un 10% y un 15% a nivel global. En América Latina, la proyección oscila entre un retroceso del 5% y un avance del 5%.
Según el artículo de Europa Press que reseña el informe de Cepal, Centroamérica asumió el grueso de las pérdidas de inversión, con una caída del 89,4%, mientras que en el Caribe la contracción fue del 25,5%. Para la secretaria ejecutiva de Cepal, Alicia Bárcena, los datos suponen una «gran caída», una tendencia que ya venía decreciendo desde 2013.
«La inversión extranjera directa ha hecho aportes relevantes en América Latina y el Caribe, pero no hay elementos que permitan afirmar que en la última década haya contribuido a cambios significativos en la estructura productiva de la región o que haya servido como catalizador para la transformación del modelo de desarrollo productivo», ha destacado Bárcena.
En este contexto, la secretaria ejecutiva apuesta por una aproximación estratégica multilateral para posicionar los intereses de la región y que los flujos de inversión aporten al desarrollo sostenible. «Hoy el desafío es mayor por las características y la magnitud de la crisis. Necesitamos canalizar la inversión extranjera directa hacia actividades que generen mayor productividad, innovación y tecnología», ha añadido Bárcena.
LA INVERSIÓN SÓLO CRECIÓ EN CINCO PAÍSES.
Solo en cinco países aumentó la inversión extranjera directa con respecto a 2019, que fueron Bahamas, Ecuador, Barbados, Paraguay y México. Con estos datos, el país azteca se consolidó como el segundo receptor de inversión extranjera directa de la región por detrás de Brasil, que acusó una contracción del 34% en términos de inversión extranjera.
Por su parte, los sectores de recursos naturales y manufacturas, con reducciones del 47% y del 38%, respectivamente, fueron los más golpeados durante 2020.
Las energías renovables se mantuvieron como el sector de la región que despierta el mayor interés de los inversores extranjeros. Estados Unidos aumentó del 27% al 37% su participación en la inversión extranjera de la región en 2020 ante la fuerte caída de Europa (que bajó del 51% al 38%) y de América Latina (que pasó del 10% al 6%).
La menor caída de Estados Unidos como origen de los flujos de inversión se explica principalmente por el aumento de las inversiones de este país en Brasil en 2020. En contraposición, las entradas desde los dos países europeos que tenían más inversiones en Brasil –los Países Bajos y Luxemburgo– se redujeron entre 2020 y 2019, lo que determinó una caída del peso de Europa como inversor en la región.
En 2020, los flujos de las empresas transnacionales latinoamericanas (translatinas) también se desplomaron (-73%), aunque con elevada heterogeneidad. Así, mientras Chile y México mostraron un incremento en los flujos de inversión directa en el exterior, Argentina, Brasil, Colombia y Panamá registraron retrocesos.
CASO PARAGUAY
En 2020, las entradas de IED en el Paraguay aumentaron por segundo año consecutivo. El país recibió 568 millones de dólares, lo que significó un 8,8% más que en 2019. Este nivel de inversiones está en el rango superior al promedio de la última década, cuando alcanzó los 379 millones de dólares por año.
La mayor proporción de las inversiones correspondió a préstamos entre empresas (45% del total), donde se registró un valor un 8,3% superior al del año previo. De esta forma, los ingresos en aportes de capital se mantuvieron estables (caída del 0,6%). Por su parte, la reinversión de utilidades, pese a que registró un notable crecimiento (84%), únicamente explicó el 15% de la IED.
Los últimos datos disponibles sectoriales, correspondientes a 2019, indican que el 63% de la IED se destinó a las manufacturas (sobre todo la elaboración de aceites, la fabricación de productos químicos y la industria frigorífica), seguidas del transporte y los servicios financieros.
En 2020, el Paraguay fue el destinatario del mayor anuncio de proyecto que se realizó en América Latina y el Caribe. Se trata de la creación de Paracel, una fábrica de pasta de celulosa y plantaciones de eucalipto. Su meta es lograr los más altos estándares de sostenibilidad. Surge como un emprendimiento conjunto entre el grupo Zapag, líder paraguayo en importación y distribución de combustible, y el grupo sueco Girindus Investments, experto en la cadena productiva de la celulosa, desde la reforestación sostenible hasta la producción de celulosa.
La inversión estimada de todo el proyecto es de 3.600 millones de dólares (BID Invest, 2021), lo que la convierte en la mayor inversión privada en la historia del país.
LA IED CAE UN 35% A NIVEL GLOBAL.
A nivel mundial, la inversión extranjera directa se redujo un 35% en 2020, alcanzando aproximadamente un billón de dólares (844.493 millones de euros), lo que representa el valor más bajo desde 2005.
Sin embargo, la contracción de los flujos de inversión durante 2020 fue heterogénea, ya que mientras que la región latinoamericana sufrió una caída del 34,7%, China se impulsó un 6%, consolidándose como el mayor inversor del mundo y en el segundo receptor.
Asimismo, el 66% de las inversiones a nivel mundial tuvo como destinos las economías en desarrollo.
En lo que respecta a los proyectos de inversión, su valor se redujo un 35%. Por sectores, la minería, petróleo y automotriz fueron los más afectados, así como los servicios, que también registraron reducciones (-25%) con diferencias sectoriales.
Según el organismo de Naciones Unidas, el contexto internacional sugiere que los flujos mundiales de inversión tendrán una recuperación lenta, de acuerdo al análisis del organismo.
Por otra parte, la búsqueda de activos en sectores estratégicos para la reactivación internacional y para los planes públicos de transformación de la estructura productiva (infraestructura, industria de la salud, economía digital) indica que gran parte de estas operaciones tendrían como destino Europa, América del Norte y algunos países de Asia, aumentando las asimetrías globales, alerta el estudio.