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martes, noviembre 26, 2024

Juan Ramírez Ruiz al guaraní

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Paranaländer desempolva su ejemplar apolillado de “Un par de vueltas por la realidad” (1971), libro de culto de la escena poética limeña del chiclayense Juan Ramírez Ruiz.

 

Mi ejemplar de “Un par de vueltas por la realidad” (Ediciones del Movimiento Hora Zero, Lima, Perú, 1971, 120 pp.) ha sido roído desde su borde derecho por cientos de polillas de libros.

La carátula es de José Tang.

La Entrada está fechada enero 71.

El ensayo “El Punto sobre la i” no es subrayado. Está firmado por el autor.

“Dejemos que los irresponsables, los cobardes y los ociosos se lamenten o regocijen en la vida que eligieron.

Nosotros hagamos el dominio de la salud.

Nosotros destruyamos”.

“Palabras urgentes” es el manifiesto de Hora Zero, firmado por Ramírez Ruiz y Jorge Pimentel.

“Y somos jóvenes, tenemos los testículos y la lucidez que no tuvieron los viejos”.

El libro está dedicado a Fita y Juan Ramírez Ruiz y a “todos los obreros y campesinos”, entre otras dedicatorias.

Tampoco subrayé el poema “El júbilo”.

“Atención, éste (sic) es el júbilo”.

Cháke, pea ha’e la vy’a tory.

En “Antes de ir al sur” declara: “Abrazaré fuertemente a Elfina. Y me iré

unos miles de kilómetros hacia el sur”.

El poema “Juana Cabrera” nos cuenta:

“Ha trabajado toda su vida. Tiene libreta electoral y un solo gusto

los discos de El Satanás de Cuba, especialmente ése (sic) ‘si tú supieras

las ansias que tengo de verte’ y el otro ‘Vereda Tropical’”.

“Julio Polar” que tuvo “el suceso de amar a Brecht, el  acontecimiento de conocer a Marx”

y de escuchar “discos de Led Zeppelin solo o con amigos”.

El mejor texto es el ensayo “POESÍA INTEGRAL”.

“La poesía integral aspira a una totalización, donde se amalgame el todo individual con el todo universal”.

“El poema no tiene fin, no concluye…”.

Purahéi ndopavéi.

“El nuevo lenguaje será sencillo, directo, duro y sano”.

Pe ñe’ë puahu ko ijoja va’erä, hatä ha hesái porä.

“La nueva poesía latinoamericana debe ser instrumento de lucha contra los medios masivos de comunicación alienante que extravían y enajenan la identidad lingüística latinoamericana”, es de una ingenuidad programática tan anti-poética y redundante.

“La poesía integral declara la guerra al sustantivo y al adjetivo negativos”.

Es interesante aquí vislumbrar un poema desollado solo con pronombres o a apti de un solo nombre o palabra, pienso en Khlebnikov (Exorcismo con risa).

Otra caída en la ingenuidad es sobre todo la primera parte de este desafío: “hacer de la vida una obra de arte (muy Tennessee Williams cursi) y de la obra de arte un ente vivo” (esto es al menos ideal de Schelgel).

“Es necesario evitar la poesía de habitación, la que exprese problemáticas referidas a la individualidades”. Esto nos lleva dónde, ¿a la poesía sobre el poema?

Busca una suerte de coherencia ideológica imposible: “ni el insulto de una vida en donde la relación de hacer y decir no se cumpla”.

“Concretizar la idea de la  revolución. Todo lo demás está por debajo”.

Revolú guýpe opytapa oïva

Entre las reglas de esta nueva poesía llama la atención la siguiente ética matemática: “Piensa como dos. Ama como tres. Y trabaja como cuatro”.

Reimo’a arä moköiguaicha. Rehayhu arä mbohapyicha.   Ha remba’apo arä irundyicha.

Y termina contra Becquer y Huidobro, hermano, al fin, de Silesius, místico. “Poesía es”

Ha’eko Ñe’ë yvoty.

 

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