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domingo, noviembre 24, 2024

Wasmosy y González Macchi: entraron al poder por la ventana y dejaron en ruinas al Paraguay

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Uno llegó al poder por medio de un vergonzoso fraude electoral, el otro mediante una componenda parlamentaria entre gallos y medianoche. Nunca ganaron elecciones y dejaron el país en ruinas, pero se pasean por los medios de comunicación dando consejos partidarios.

Los cuestionados ex mandatarios Juan Carlos Wasmosy y Luis Ángel González Macchi fueron protagonistas días atrás de sendas reuniones con el presidente de la República y con el expresidente y líder del movimiento Honor Colorado, Horacio Cartes. Fueron invitados por José Alberto Alderete, quien lidera un proceso de reconciliación entre Honor Colorado y Colorado Añetete.

En redes sociales muchos se preguntaron cuál era el motivo que los llevaba a ocupar un lugar de relevancia en negociaciones partidarias, dado que ambas figuras nunca ganaron una sola elección y carecen de todo tipo de liderazgo sobre el electorado colorado. Esto sin mencionar la hecatombe social y económica que legaron sus respectivos gobiernos.

Es bueno recordar que tanto Wasmosy como González Macchi fueron presidentes sin legitimidad, puesto que ocuparon la primera magistratura por medio de atajos. Uno fue producto de un grosero fraude electoral, tal como reconocieran los propios participantes del hecho. El otro fue el resultado de una componenda de partidos políticos cuyo inicio y fin conocemos los paraguayos.

Además de haber sido presidentes como producto de oscuros contubernios políticos, ambos dejaron en ruinas la economía, la institucionalidad política y el tejido social de nuestro país.

El gobierno de Wasmosy fue el responsable político de que muchos ahorristas mueran de infarto, cuando la quiebra de los bancos se llevó el fruto de sus largos años de trabajo, ante la abierta complicidad de su gobierno con los peces gordos de la patria financiera. Muchos afectados por el descalabro de su gestión deben aun arder en cólera al escuchar palabras de Wasmosy dando consejos sobre unidad, gobernabilidad y gestión.

Según la Encuesta Permanente de Hogares del año 1999, el 46 % de la población se hallaba debajo de la línea de pobreza. Las estadísticas condenan de forma lapidaria al expresidente Wasmosy. En este sentido, según Dionisio Borda, bajo su gobierno “se acelera el deterioro económico del país”, ya que “debido a un manejo político e interesado de las sucesivas crisis financieras que se sucedieron a partir de 1995, se crearon las condiciones para una recesión económica posterior”.

Lo de González Macchi es historia conocida. Enorme déficit fiscal, caída escandalosa de los niveles de reserva internacional, recaudaciones fiscales casi nulas, timba financiera con las reservas del BCP, caída abrupta del PIB y deuda externa impagable que nos llevó a ser considerados por consultoras internacionales como caídos en “default selectivo”, mientras casi la mitad de los paraguayos vivían en la pobreza. Sin mencionar que el país se encontraba al borde un estallido social, con los campos y las ciudades ocupadas.

Wasmosy y Gonzalez Machi son el símbolo de la destruccción del patrimonio social, económico y cultural del Paraguay durante la triste década del 90. Ambos fracasaron en todos sus intentos de reformas y dejaron un país quebrado.

Con estas nefastas estadísticas se inicia el gobierno del periodo 2003-2008, bajo la conducción de Nicanor Duarte Frutos, cuyo mandato está marcado por la recuperación de la economía nacional. Después de 15 años de estancamiento económico se iniciaron 15 años de crecimiento económico y reducción de la pobreza. Se iniciaron reformas impositivas necesarias en aquel momento que permitieron que la economía vuelva  a moverse.

Todas estas reformas, lograron no solo sacar a Paraguay de estado de default selectivo pagando los compromisos internacionales vencidos, sino que logró bajar la deuda externa del 42% al 13% del PIB, además de triplicar el PIB Bruto pasando de USD 6.000 millones en el 2002 a más de USD 18.000 millones en el 2008 y conseguir un promedio de 5,4% de crecimiento de la economía desde el 2002 al 2008.

Durante la semana pasada, tanto Wasmosy como González Macchi apuntaron sus dardos contra Duarte Frutos, quien casualmente fue el que arregló el desastre dejado por estos dos expresidentes, logando un punto de inflexión en materia de políticas economía y sociales. La estabilidad e inserción internacional que goza nuestro país desde hace 15 años son un legado indiscutible del gobierno de Nicanor.

Los paraguayos deberíamos tener más memoria, y nunca olvidarnos de señalar con el dedo acusador a quienes dejaron hambre y pobreza en este país: Juan Carlos Wasmosy y Luis González Macchi.

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