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martes, mayo 7, 2024

Todo lo que aprendí viendo El diablo se viste a la moda

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Derian Passaglia escribe sobre las enseñanzas que deja la película El diablo viste a la moda (2006), comedia dramática dirigida por David Frankel.

Aprendí que hay que ser mejor persona y no tan egoísta porque si no después la vida te pasa factura, además que no está bueno hacer lo que querés pasando a todo el mundo por arriba, solamente para alcanzar tus metas, tus objetivos laborales o lo que fuera, mientras al mismo tiempo se descuida el amor y las amistades, lo único que verdaderamente importa. Aprendí que en las calles del centro de Nueva York la gente va toda apurada, corriendo para llegar al trabajo hablando por celular. Aprendí a no ser careta.

Aprendí que cada prenda de ropa fue diseñada exactamente para que la use la persona que la usa. Aprendí que para llegar a posiciones de alto poder hay que pisar cabezas. Aprendí que Meryl Streep es una mujer regia, que el futuro será todo blanco, gris y negro como el presente, que las puertas de vidrio son horribles (perdón a mi papá vidriero), como también esos edificios vidriados donde se refleja el brillo del sol y lo celeste del cielo. Aprendí que las relaciones laborales, cualquiera de la que se trate, usa una lógica de sometimiento.

Aprendí que el diablo no aparece en ningún momento de la película y que se trata de un relato simbólico en el que se debe adivinar quién es el villano. Aprendí que al nominar un relato de determinada manera eso ya predispone al lector o al espectador sobre lo que va a encontrar, y al no encontrar lo que promete el título, el lector (o el espectador) se frustra y saca conclusiones propias: el diablo es Meryl, el diablo es Anne Hathaway, el diablo es el novio, los amigos, cualquier otro que se quiera proponer. Aprendí que el diablo no está en el universo ficticio de las oficinas de Prada, el diablo se refleja en el interior de uno mismo.

Aprendí que los críticos de cine son medio salames, habla de la falta de crítica, de los tópicos moralistas, de la ausencia absoluta de originalidad, quieren que la película se los dé todo y ellos no quieren hacer el esfuerzo de nada. Aprendí que la moda es un engañapichanga, que un negocio busca siempre darle lo que quiere al cliente, que no es necesario correr atrás de la novedad, que la moda es despiadada, exclusiva y discriminatoria, que las cosas simples de la vida son mejores que las complicadas.

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