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miércoles, mayo 8, 2024

Interviú con Fernando Colmán

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Paranaländer se bambolea en la cuerda floja sobre la que se mueven los trabajos del investigador Fernando Colmán, por un lado apunta al yma araka’e (exhumación de Rosicrán, Julio Marini, etc.), y, por el otro, a las nuevas formas del arte futuro.

 

Fernando Colman (Asunción, 1990), trabaja en investigación de arte contemporáneo para Curatoría Forense Latinoamérica y en comunicación digital. Ha realizado Diplomados en Antropología del Arte (LATIR, México), Arte aplicada a la Sociedad (Überbau_house, São Paulo). Y colabora de forma activa para las iniciativas Trabajadores de Arte Contemporáneo, Experimental Photo Festival de Barcelona.

 

  1. ¿Estuviste por el ASU Sud, alguna charla, expo (creí ver por ej. el nombre de Claudia Casarino), que quieras comentarnos para los que no fuimos?

 

Considero positivo esta muestra de efervescencia de producciones artísticas, nos da la pauta de que en Paraguay existe infraestructura para conectar exposiciones de artistas internacionales con artistas locales, y así, optimizar quizás la calidad. En lo particular, asistí solamente a una muestra, hecha en Tranvía 13, y las propuestas me parecieron muy interesantes.

 

 

  1. Vos estudias en ISA, ¿qué tal la enseñanza, recomendarías a la juventud nini inscribirse allí?

 

Tengo emociones encontradas, por un lado, profesores que admiro y me han influido bastante, que no pasan de 5. Por el otro, creo que no se necesita estrictamente una licenciatura para ingresar al mundo del arte, sino una pasión por investigar, experimentar e imaginar. Sé que se están haciendo cambios importantes en el ISA de ahora, y que las salidas laborales se van a bifurcar en producción y educación aplicada en artes. Pero recomendaría solo para personas que tengan claro que quieren trabajar en esas áreas.

 

  1. También uno de tus quehaceres es el rescate y la investigación de la obra de Rosicrán, autor que últimamente ha merecido una tesis y hasta un libro como eje interpretativo de nuestra realidad (Osvaldo Gómez).

 

También agregaría el importante trabajo del Dr. en Letras, Rodrigo Villalba, quien hizo dos tesis sobre Narciso y sus implicancias. Mi trabajo se basa principalmente en rescatar su memoria, disponerlo y generar un archivo para futuras investigaciones. Creo que existen muchos prejuicios hacia el autor, debido a su relación con el nacionalismo de Natalicio González, pero más allá de eso, su figura es enigmática y necesaria para la historia del Paraguay, ha resistido al olvido y la omisión de muchas generaciones.

 

  1. Lincoln Silva vetaba por racismo contra los bolivianos el ingreso de Emiliano al Panteón, Paulo López, en cambio, le perdona ese rasgo “nativo”, ¿vos a quiénes vetarías o encerrarías en nuestro Panteón de los Héroes?

 

Creo que justamente se necesita mayor inversión en investigaciones que rescaten la memoria de quienes pudieron formar parte de gestas patrióticas interesantes. Quizás más presencia femenina, ya que el Panteón está casi repleto de figuras meramente masculinas.

 

  1. Estás preparando un libro sobre Julio Marini, ¿querés adelantar algo de su contenido o naturaleza?

 

Es bastante desafiante, extenuante y complejo. La propuesta que estamos desarrollando es un tanto poética, aún nos falta recopilar entrevistas e imágenes. El contenido trataría en parte sobre sus inicios, su relación con las galerías de arte en Paraguay y su posterior emigración a España.

 

  1. ¿Banda o músico paraguayo actual favorito?

 

No consumo mucha música de Paraguay, pero una de las bandas que más me ha llamado la atención es El Culto Casero, y sigo escuchando la prodigiosa batería de Marcelo Soler en Pipa para Tabaco y La Secreta. Soy más de esa generación.

 

  1. ¿Algún otro proyecto que estás tramando?

 

Me encuentro redactando una tesis compleja y potente sobre una obra de Arnaldo Cristaldo, me apasiona mucho investigar el imaginario inventado, y cómo a través de los símbolos que emergen en distintas situaciones vamos configurando nuestra identidad nacional. La investigación se alinea con búsquedas que vengo haciendo desde el 2019 en torno a Narciso R. Colman.

 

  1. ¿Para ser artista hay que hacer arte, para ser curador, hay que tener qué?

 

Para ser curador hay que tener una escena de arte con suficiente infraestructura y rotación galerística, además de formación y profesionales preparados en ese ámbito, como María Lightowler y Federico de la Puente de Argentina, solo por citar un par de nombres.

 

  1. Recuerdo un paper de tu autoría en dónde reivindicabas las protestas estudiantiles como una forma lícita de arte aunque llevada a cabo, clausewitzianamente, por otros (nuevos) medios, ¿qué otros modos desplazados y aún no detectados de arte vislumbras en nuestro panorama asfixiante y repetitivo?

 

Veo que actualmente se le está dando importancia a las producciones del mass media, entiéndase, imágenes que se vuelven virales en torno a protestas que ocurren sobre problemas de siempre y que podría resumir en crisis institucional y un relato hegemónico y homogeneizante. Una veta interesante en esta emergencia de símbolos, es el uso del absurdo en ilustraciones que pueden verse en Twitter o Instagram. Por otra parte, existe una especie de boom de curadores de arte, incluso premiaciones a curadores emergentes, pero no soy quién para juzgar, el tiempo es el que se encarga de hacer que el barro sucumba o se afiance.

 

  1. Último, pero no por eso menos importante, ¿me gustaría saber tu postura con respecto a esta no tan reciente movida de los centros culturales extranjeros de casi vomitar su paquete preestablecido de “arte y cultura” (progres, posmodernos, etc., es decir, acríticos) diseñados allá en el empíreo del primer mundo que el tercero debe tragar como remedio santo pero revulsivo contra el morbo endémico del atraso e inactualidad?

 

En lo particular, considero que la influencia de fondos europeos o de otras regiones es la única vía que nos queda además del capital privado, para poder crear producciones artísticas. El problema está, para mí, en no extender más allá de eso la gestión y organización hacia opciones autónomas, existe un miedo extraño a emprender fuera de ese circuito, cuando que las grandes gestiones culturales en Paraguay han empezado como iniciativas autónomas.

 

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