Derian Passaglia presenta la segunda parte de sus libros leídos en el 2023.
Vamos con esta segunda y última parte. En general, leo siempre literatura, aunque cada tanto me gusta despegarme, salir un poco, y volver a la teoría. La filosofía, según Borges, es una rama de la literatura fantástica. Lo literario, lo poético, no depende de la intención del autor sino de la mirada del lector, de la forma en que decida leer. Literatura podría ser también un baldío lleno de moscas, poesía podría ser también las instrucciones de uso de una botella de shampú. Todo me gusta leerlo de forma literaria, como si la ficción no se limitara a una novela, como si pudiera ser parte, o ser la realidad. ¿A qué viene todo esto? Estos son, acá están los mejores libros que leí este año:
–No importa si no es (música), de Yan Jun. Una recopilación genial de textos cortos, ensayos breves, de un músico experimental chino. Su forma de entender la música pasa a través del concepto de “desenfoque”, en el que propone escuchar los ruidos abriendo la mente, de una manera nueva. Por ejemplo, para Yan Jun, una piedra que rueda sobre el piso no suena de la misma que cuando se la tira o se la golpea contra el agua. En esa forma de ver la materia y el sonido está la vanguardia de Yan Jun.
–Fat City, de Leonard Gardner. Un solo y único libro escribió Gardner en su vida que se volvió mítico. Tuvo también una adaptación brillante al cine, dirigida por otro mítico, el director John Huston. Trata de la masculinidad en la década de los sesenta y setenta, aunque esto es algo que podríamos ver ahora. En realidad, es sobre la soledad de los hombres, la pobreza, los sentimientos y las relaciones. Un boxeador retirado quiere volver al cuadrilátero, a recuperar la vieja gloria perdida. La narración de las peleas no tiene punto de comparación con otras escenas donde se narra el deporte.
–Realismo capitalista: ¿no hay alternativa?, de Mark Fisher. Una de las últimas formas del capitalismo fue descripta por Fisher en este libro. El capitalismo penetró hasta en nuestra psiquis, y Fisher advierte lo que puede ver alguien que trabaja como docente en un aula de escuela: las enfermedades cognitivas, mentales, neuronales, están destruyendo las nuevas generaciones. La enfermedad del siglo XXI es la depresión. Mark Fisher, como un profeta que cumple su destino, terminó suicidándose en 2017.
–Una voluntad, de Orlando Belloni. Belloni es un pintor rosarino que vive en un barrio pobre y que se dedica, hace por lo menos más de sesenta años, a pintar su barrio. Este libro es un testimonio, una especie de autobiografía no confesada, donde habla de su trabajo como pintor, con una humildad y simpleza como lo es la de su propia vida. Está bueno leer a los pintores, porque hablan sobre los materiales que usan de una forma que al escritor le es ajena.
–Malincho, de Iousha. Poeta, escritor, músico, performer, DJ, punk de los bajos fondos, croto, homosexual. Iousha fue de todo, adoptó todas las formas posibles y pasó por una vida dura, llena de carencias. Este libro es de lo más trash que leí en los últimos tiempos: no importan las comas, no importa la sintaxis, escribe como puede, como le sale, Ioshua sigue adelante, como tuvo que hacerlo en su propia vida. Pero lo que escribe está vivo, más que cualquier cosa que se publica actualmente.
–Puntos en el tiempo, de Paul Bowles. Un libro completamente extraño, alejado de cualquier convención, donde se conjuga la magia y sabiduría borgeana, la mística orientalista y la vanguardia norteamericana de los años cincuenta. No se sabe si son cuentos o si es una novela, digamos mejor que son breves manifestaciones poéticas que tratan al tiempo de una manera única en la historia de la literatura.
–Un vendedor de bagatelas, de Guillermo Enrique Hudson. Escribí largo y tendido sobre un relato de este libro y sobre este escritor a lo largo del año. Hudson es un naturalista, pero también uno de los mejores escritores latinoamericanos que escribió la totalidad de su obra en inglés. En este libro, como él mismo dice, “junta bagatelas”, recorre los pueblos y habla con la gente y anota descripciones y observa cómo hablan las nenitas. Es un antropólogo literario, un hombre que le interesa la naturaleza del hombre y de la vida y el universo.
