En este envío, Paranaländer nos presenta a tres artistas que se interesaron en el mundo indígena de Paraguay: Alfredo Kamprad, Pablo Alborno y Roberto Holden Jara.
Por: Paranaländer
Hojeando el libro de recuerdos de Arturo Alsina, topeté con tres artistas con peculiares preocupaciones sobre el mundo indígena paraguayo. Definitivamente los artistas de antaño eran más interesantes, no solo pintaban o tocaban, también divagan interpretaciones seudocientíficas o borgianas sobre la vida.
Alfredo Kamprad (1893-1962)
Músico alemán que fue invitado para venir a vivir al Paraguay por su ex compañera de armas durante la primera guerra mundial, Tate Hilda, que se había radicado en San Bernardino. Fue profesor y vicedirector en el Instituto Paraguayo, concertista de violín, director de la Orquesta Sinfónica, conferencista, escritor de artículos e investigador de los indios lenguas del Chaco. En uno de sus artículos aparecido en Revista Geográfica América, declara que la música de los lenguas tiene muchísima semejanza con la de los incas.
Pablo Alborno (1875-1958)
Pintor, director de la Academia de Bellas Artes, profesor de dibujo y pintura, fundador de la Escuela de Artes y Oficios en el Paraguay, también es cofundador con Dr. Andrés Barbero del Museo Arqueológico y Etnográfico, y conferencista sobre temas de antropología cultural. En 1922 da conferencias sobre el origen de la raza tupí-guaraní a la que vincula con la raza egipcia primitiva. Son conferencias que presenta con grandes carteles y con 50 palabras en los mismos, con lo que pretende demostrar una cierta identidad entre esos idiomas. En 1935, difunde sus ideas sobre antropología cultural guaraní por el modernísimo medio de la radiotelefonía: El Origen de la Raza Guaraní y La Lengua Guaraní. Publicó los siguientes folletos sobre los mismos temas en Revista de la Sociedad Científica y Revista de Turismo n° 13 y 14 de 1947. Semejanza de la lengua tupí-guaraní con el egipcio sobre la base de 1500 dibujos y 90 palabras.
Roberto Holden Jara, Holdenjara (1900-1984)
Pintor e indigenista, fundador de Museo de Arte indigenista, quien fue llamado por los mak’a de kananá, halcón. Después de usufructuar una beca en Italia, se instala en Alto Paraguay, donde lo encuentra la guerra del Chaco realizando retratos de los nativos todo el día.
Todas estas fascinaciones por el mundo indígena con interpretaciones semi ocultistas me lleva a una reciente peli documental de Netflix sobre el genial escultor polaco-norteamericano Stanislaw Szukalski (Struggle. The Life and Lost Art of Szukalski, 2018), teórico igualmente provocador cuyas ideas conspiranoicas delirantes se pueden leer en Las motivaciones antro-políticas (“La historia de la humanidad hasta este momento es la enumeración de luchas causadas por los enemigos elementales de la humanidad, el resultado de las violaciones de mujeres humanas por parte de Manapes que, habiendo nacido entre nosotros y hablando nuestros idiomas, se toman erróneamente por humanos. Pero son estos odiosos, mortales y diabólicamente exterminadores descendientes del Yeti que, al ser profundamente mezclados con los humanos, piensan en todos los ismos que crean subversión, traición, revoluciones, guerras y la eventual caída de toda la civilización y la cultura. La mayoría de los radicales son extremadamente feos e impopulares entre las niñas y las mujeres, desarrollan un odio hacia la humanidad, comenzando en los años formativos de la adolescencia”) aquí: https://archive.org/details/rantsincendiarytractsvoicesofdesperateillumination1558present
