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sábado, noviembre 23, 2024

Carlos Busqued, el último maldito

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Autor de dos celebradas novelas «Bajo este sol tremendo» y «Magnetizado», murió ayer a los 50 años el escritor Carlos Busqued: «siempre lúcido, para Busqued la literatura era el escape de una realidad hostil, opresiva, injusta y violenta, características éstas que trasladaba al ambiente de sus relatos a través de un estilo seco».

Por: Derian Passaglia

Murió el escritor argentino Carlos Busqued en un accidente doméstico en el pasillo de su casa, al caer de una escalera. Tenía cincuenta años. Escribió la brillante novela Bajo este sol tremendo (2009), finalista del Premio Herralde de la prestigiosa editorial española Anagrama. Bajo este sol tremendo fue llevada al cine por el director Adrián Caetano, que le cambió el título por El otro hermano (2017). A Busqued no le gustaba esta adaptación, y en una entrevista declaró que sólo había ido a la función inaugural para recibir los privilegios de autor, comer sanguchitos y tomar vino.

Pasaron nueve años para que viera la luz su segundo libro, Magnetizado (2018), un texto de no ficción que reconstruye la vida de un asesino serial de taxistas que cumplía su pena en la cárcel. Su obra publicada consta solamente de dos libros, aunque podría considerarse como parte del legado literario su usuario de Twitter, conocido como Un mundo de dolor (@carlosbusqued), donde escribía diariamente, subía fotos de aviones, de actrices porno y extrañas imágenes de nazis posando felices en blanco y negro. Era ingeniero mecánico, con especialidad en metalurgia, y daba clases en la Universidad Tecnológica Nacional de Buenos Aires.

Carlos Busqued era el último escritor maldito, el último punk, alguien que decía lo que pensaba y que usaba el odio y el resentimiento como una máquina de producción de sentido e identificación común, un escritor al margen de todo margen, que despreciaba cualquier ambiente literario y cualquier definición de artista. “Se hace artista el que no sirve para nada -fue uno de sus últimos tuits-, a partir de ahí su opinión social es despreciable no moralmente sino en el sentido matemático”.

Siempre lúcido, para Busqued la literatura era el escape de una realidad hostil, opresiva, injusta y violenta, características éstas que trasladaba al ambiente de sus relatos a través de un estilo seco. “A mí en cierto sentido la literatura me salvó -declaró-, en un sentido muy humilde porque no estoy salvado de nada, pero me sacó de cierto lugar. Ni siquiera te hablo de haber escrito, te hablo de haber leído. Para mí la literatura fue fundamental para dejar de sufrir el tiempo que estaba leyendo. Si yo le provoqué a alguien el viaje que me provocaron a mí X tipos, estoy hecho».

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