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lunes, noviembre 25, 2024

No prostitución durante López y Francia

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Paranaländer descubre un mundo sin prostitución en la época de Francia y los López.

 

Por: Paranaländer

 

La prostitución llega al Paraguay de la posguerra, con la civilización cacareada por los Sarmiento kuera (De hecho,  se podría subsumir la civilización a la prostitución). Antes, es decir, durante el gobierno de Francia y Carlos Antonio López, no hubo en sentido estricto prostitución. Es lo que la investigadora alemana -y directora del Instituto de Historia Ibérica y Latinoamericana de la Universidad de Colonia- Bárbara Potthast afirma en su documentadísimo libro ¿”Paraíso de Mahoma” o “País de las mujeres”? (reedición del 2011).

El tema de la prostitución entra en el capítulo donde se trata de las “profesiones femeninas” del siglo XIX paraguayo.

“La prostitución no era habitual en Paraguay” (p. 136). En la época colonial había un sector de diversiones en el puerto de Asunción, donde también había burdeles (introducido por los conquistadores españoles, por ende). Sin embargo -continúa diciendo Potthast-, cuando cesó la exportación por el río Paraguay, en la época del Dr. Francia desaparecieron también estas casas.

Potthast refuta a Vera Blinn Reber que menciona 4 burdeles en 1864 según cita de patentes. Es la época -1850-1860- en que volvieron a atracar barcos en el puerto de Asunción. Pero el reflorecimiento de burdeles no queda confirmado (El par burdeles-actividad portuaria es casi una lógica de hierro).

Referencias claras de verdadera prostitución (relaciones sexuales ejercidas como oficio)  se  encontraron solo en dos documentos aunque todavía no llegan a ser totalmente convincentes.

El caso, por ejemplo, de María Paula Chaves, que se lee en una solicitud al juez de paz, en donde no queda claro si la palabra prostitución usada en ella es literal o alude a un difuso comportamiento inmoral.

El segundo caso más bien muestra que, cuando algunas mujeres iban a ofrecer sus mercaderías o sus servicios de lavanderas de puerta en puerta,  se ofrecían a sí mismas en los hogares de hombres solos. Más que hablar aquí de pago por un momento de sexo, las mujeres ofrecían sus servicios en forma duradera, convirtiéndose en una amancebada y no en una prostituta de profesión.

También refuta a su colega Whigham, quien esgrime un decreto de Carlos Antonio López del 7 de enero de 1855, interpretada como prueba del la existencia de la prostitución.

En suma, ni había prostitución organizada en el Paraguay durante los gobiernos de Francia y los dos López. La prostitución en la capital después de 1870 se debió a la situación de la posguerra.

Incluso un testimonio de 1884 dice: “La prostitución está en el Paraguay, excluyendo a la capital, entre las cosas más desconocidas” (en “Pampas y Andes” de Hugo Zoller).

Un último caso, que aúna miedo a enfermedades venéreas y prostitución, involucra a una mujer llamada Clara Colmán incluida en un informe del juez de paz de Lambaré: “que la china Clara Colmán había ya contagiado a dos soldados militares, la puse en depósito en lo del zelador Estanislao Cardozo, e incluí en la lista de los individuos de enfermedad contagiosa que formé en el distrito de mi cargo el año pp.” Pero un médico constató luego que no se trataba de sífilis sino de apenas de restos de sarna.

Francia ya había expulsado en 1825 a mujeres de Concepción por temor a que contagien a los soldados: “tengan cuidado de que la tropa no se mezcle con las chinas, porque de otra suerte se irán inutilizando, infeccionados de gálico y plagados de enfermedades inmundas”.

 

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