¿”La Verónica” hablará de un movimiento típico que se realiza en la tauromaquia o de una mujer o de las dos cosas a la vez, como una metáfora? Por: Derian Passaglia
Ahora que Fito Páez está de moda de nuevo, gracias a la serie sobre su vida en Netflix, casi que no hace falta presentarlo. Podríamos decir que es un músico rosarino, hincha del glorioso Rosario Central. La serie, en realidad, abarca un tramo de su vida, quizá la más interesante, que va desde los años 80 a principios de los 90, cuando grabó el disco de rock más vendido en la historia del rock argentino: El amor después del amor, de 1992.
La serie presenta al Fito mítico: sus amores, Fabiana Cantilo y Cecilia Roth, sus viajes, sus primeros contratos, la muerte de sus padres y abuelas, la amistad con Charly García y el flaco Spinetta. Volví, por eso, como había hecho mucha gente, a escuchar el disco completo. Una y otra vez, porque me gustaba cada vez más. El año pasado se cumplió, de hecho, 30 años del lanzamiento del disco, y Fito aprovechó para llenar estadios y dara recitales.
Lo que comúnmente se dice es que El amor después del amor es un disco íntimo, sensible, porque Fito cuenta historias del corazón. Pero va al corazón, en realidad, del “yo”, cuando el “yo” todavía no estaba tan de moda como hoy en día, en un arte, como la música, donde el amor es un tópico frecuente y gastado. Fito hace con “el amor” otra cosa. En algún sentido, lo vuelve real, o más real que cualquiera de las canciones de amor conocidas, en la que el amor generalmente se idealiza. “El amor después del amor”, desde el título mismo, como consigna, plantea una cuestión contemporánea: ¿qué hay después de que se termina el amor? ¿Es posible volver a empezar? ¿Y qué es finalmente el amor? La obra de Fito no deconstruye el “amor romántico”, sino que lo vuelve a redefinir.
¿”La Verónica” hablará de un movimiento típico que se realiza en la tauromaquia o de una mujer o de las dos cosas a la vez, como una metáfora? “Media Verónica”, de Andrés Calamaro, quizá sea una respuesta a la canción de Fito, o quizá hablen de la misma mujer, una chica rubia de rulos, medio argentina, medio española, sin mencionarla: Cecilia Roth.
Cecilia Roth, se sabe, es actriz. El primer verso de “La Verónica” es: “No se filmó en Portugal”. Fito Páez no solo cuenta historias en sus canciones, también las escribe como si fuera una novela, un cuento, como si fueran oraciones de un relato que empieza in media res. “Ella deshizo valijas, prendió un cigarrillo y bajó a la ciudad”. El uso de los verbos en pasado, infrecuente en la poesía y en las letras de canciones, hacen progresar la acción en el tema. La música construye, así, una novela, la novela de la vida de Fito Páez y sus mitos reales y ficticios. Se escucha acá.
