Los integrantes de El Trueno somos plurales, algunos somos periodistas, otros abogados o especialistas en economía y política. Sin embargo, hay algo en lo que todos coincidimos: nuestra juventud y nuestro compromiso férreo con la información, la independencia y la objetividad.
Si bien El Trueno es un proyecto autogestivo -hecho «a pulmón» con el aporte de cada uno de los miembros- desde el comienzo decidimos encarar este proyecto de manera profesional y comprometida.
La gran repercusión que tuvimos desde que iniciamos nuestra labor hace casi ya dos meses, el incremento diario de seguidores en nuestras redes y las solicitudes de varios periodistas consultándonos por posibilidades de trabajo (a las que, lamentablemente, por el momento no podemos dar una respuesta positiva) nos indican que vamos por un muy buen camino.
Es por ello que sentimos la necesidad de expresar, por medio de estos párrafos, que no tenemos absolutamente ningún compromiso político con ningún dirigente ni con ningún partido.
Mucho menos con empresarios. Nuestro medio es autogestivo, independiente y joven. Nuestro compromiso ético es con la objetividad.
La aclaración se enmarca en la gran cantidad de comentarios que recibimos muchas veces cuando atacamos a tal o cual personaje de la realidad paraguaya.
Si celebramos por medio de una crónica la condena a un difamador profesional, como «El Padrillo Republicano», nos tildan de anticartistas o liberales; si informamos sobre las repudiables prácticas que se le acusan a Juanki Lezcano, entonces nos apodan «cartistas»; si señalamos que, por su baja popularidad y sus pocos logros, hay ministros que están en la cuerda floja, nos llaman «antimaritistas».
Que quede claro: a El Trueno no lo define ningún «ismo». Nuestro compromiso es con la objetividad y con la renovación del periodismo, una profesión necesaria para el buen funcionamiento de la democracia, pero actualmente manchada por personajes que integran redes de corrupción político – mediáticas.
