Con una división sin precedentes en el periodo democrático, sin candidatos capaces de aglutinar un proyecto amplio para el 2023 y sorprendidos por la unidad colorada, la oposición se divierte comentando el regreso de Payo Cubas al ruedo mediático.
A casi un mes de las elecciones generales municipales y en las postrimerías de las internas presidenciales del año próximo, la ANR muestra un sólido posicionamiento político, con gran institucionalidad interna, reglas claras de competencia electoral y compromiso de unidad futura.
En la vereda del frente, el PLRA, principal partido de oposición, agudiza su fractura. A los irreconciliables bandos efrainistas y llanistas, se suma el intento de Harrison de ser una tercera vía. No conforme con esto, la diputada Celeste Amarilla lanzó días pasados la candidatura presidencial de Martín Burt, ex intendente de Asunción recordado por cuantiosos escándalos de corrupción e ineficiencia extrema.
La desorientación de la oposición es tal que un sector de la «izquierda campesinista» sueña, de la mano de Pakova Ledesma, acompañar a Hugo Velázquez en una eventual fórmula presidencial colorada. El resto del denominado «progresismo paraguayo» analiza acciones de campaña para sobrevivir políticamente, considerando el nuevo sistema del voto preferencial que vino a poner fin al ingreso al Senado vía la sotana de Fernando Lugo.
En el marco de esta gran impotencia, el exsenador Payo Cubas volvió al ruedo mediático este sábado en Coronel Oviedo, cuando se acercó a un acto partidario de la cúpula colorada con su habitual cinto, profiriendo sus usuales amenazas, en una versión alicaída de su espíritu combativo. No obstante, la agenda del periodismo, influencers e incluso parlamentarios opositores, inmediatamente encontró en el hecho un tema digno de interés, quizás como manera de mirar para otro lado y obviar el hecho político más relevante de la fecha: la fuerte conciencia de unidad colorada que avanza hacia el 2023.
Foto de portada: Captura de Facebook.
