Paranaländer, en plan asesino del florilegio, ata un manojo de versos parawayensis, simulando que forman un librito de oro.
Por: Paranaländer.
He intentado recopilar “los mejores versos del Paraguay”, ñembo libro de oro de la poesía paraguayensis. Recurrí y abrevé tanto en poemas en castellano como en guarani, en sus mexclas y yavorais, en canciones religiosas y en compuestos o en la música popular, en conjuros. Abrir el espectro hasta que su radiación nos quemé la vida o las neuronas al menos, fue la consigna que seguí. Volver a escribir los poemas nunca escritos (Etiguara) o perdidos, secuestrados, quemados (Mariscal). Qué nadie pierda la paciencia, seguro tendrá continuación o segunda parte, incluso mejoras y ajustes, actualizaciones ni hablar.
El río es un gran poeta, Julio Correa
Bombachita kunu’u, Kanese
Como aborto de la nada, Alejandro Guanes
Ma-é jhatame che mopiriva, ma-é mbeguepe che moangaipá (su mirada intensa me da escalofrío/su mirada tierna me hace pecar), Ignacio A. Pane
Omokambu haity (llena de leche su nido), Lilian Sosa
bogamos sin un sueño, Oscar Ferreiro
Corta tu lengua/y ensártala en alambre de púas, Morales/Pessolani
Creo en tupag y en curupí, Natalo
Crotos, crotos, crotos, Sánchez Quell
Rembopepo nde yasy rata, Ida Talavera
Che ñe ë etá ité ryhacüá ngüé asy (doliente, noble y casta de mis versos), Dora Gómez
Ne ryakuãrénte omboy’u che rekove, Juan Maidana
Tibio pirroniano, Eloy
Revolver perfumado, Roura
Ñe’ ẽ tembiapo, tembiapo ñe’ ẽ, Gregorio Gómez Centurión
Nos hamacs, légers comme des voiles (hamacas ligeras como velas), Renée Checa
Copulo progenio agricultoro, Roberto Cañete
Yeguaka rendýpype ko yvy amopu’ãvy, Ñane Ramoi Jusu Pa Pa Ñengareté (canto pãi)
Glenn Gould toca un piano de agua en medio del bosque, Edgar Pou
Úpa. Oje’e / che lája vaiha. / Ahániringo. / Ajaséntengo ché / ahayhúvare, Miguelángel Meza
Nos Casan con la muerte, Roger Lincoln Silva
Mamópa che rendagua/chirifepe oporandu, Godoi Fusilamiento de Caballero’i
Dadme la fuerza de guayenaga, Pedro Antonio Alvarenga
Panambi ndéicha Tupã rymba ni pocú iporáva, Manú
Maldixe haber vivido, Fulgencio Yegros
Topyryrỹi pe mbytetépe, yepiguáichante toke, Félix Fernández
Corazón para ofenderme/ ni pie para atropellarme, Oración a Santa Catalina
Hay poetas ya poéticos en su propio nombre como Iluminado Quintana, otros portan títulos ultra poéticos como “Poema al pyrague” de Moncho Azuaga o “Filosofía abañe’ẽ” de Herib Cuenca Rivero o “Poetaronte aicosé” de José Asunción Acuña. Hay también criaturas poéticas en sí mismas como ese maká que fuma phillips de Miguel Ángel Ramos. O ese Cristo perro autophagus que “se muerde la propia carne” de Roque Vallejos.