El doctor Tangalanga, así se llamó el personaje que creó Julio Victorio de Rissio, fue el bromista telefónico más exitoso de todos los tiempos. «El método Tangalanga» se inspira en su vida y su obra, pero no es una biopic convencional… Por: Derian Passaglia
Cuando éramos chicos agarrábamos la guía telefónica, en la casa de algún amigo de la primaria, y marcábamos un número al azar: daba el tono, alguien atendía, lo puteábamos hasta que cortaba. Esa era la manera un poco inocente como nos divertíamos en los años donde internet no era ni siquiera una palabra. Pero no solo los chicos hacían bromas telefónicas, hubo un señor grande que hizo de las bromas telefónicas una carrera profesional. El doctor Tangalanga, así se llamó el personaje que creó Julio Victorio de Rissio, fue el bromista telefónico más exitoso de todos los tiempos. El método Tangalanga se inspira en su vida y su obra, pero no es una biopic convencional. ¿Cuándo una biopic fue una comedia? Son todas trágicas las que llegan desde los países del hemisferio norte.
El doctor Tangalanga es un señor muy correcto que apenas puede hablar en público. Es tartamudo, algo nervioso y apenas si puede estar delante de una chica sin pasar vergüenza. Pero un buen día termina en el evento de un mentalista que lo somete a una sesión de hipnosis, y esa magia negra o blanca desata lo fantástico: de repente Julio Victorio de Rissio, que en la película se llama Jorge, se convierte en el doctor Tangalanga y no puede parar de hacer bromas por teléfonos de línea. De hecho, aparecen las grabaciones reales del personaje Tangalanga, y hay una muy buena, que aparece también en Wikipedia: “El techo que usted hizo quedó tan mal que cuando llueve salimos al patio… Es decir llueve menos en el patio que en la casa… Además, hay neblina adentro del placard; uno busca un sobretodo y a lo sumo encuentra un calzoncillo”.
La película se puede ver en Star+. Es difícil que una comedia producida en Latinoamérica pueda hacer reír. Para hacer reír no es necesario el humor, porque el humor es algo que se busca, y cuando un recurso se busca de una forma tan precisa generalmente termina saliendo mal, y lo mismo pasa con el terror. Si el terror no da miedo, entonces da risa; si el humor no da risa, genera vergüenza ajena. Además, los únicos que parecen capaces de hacer reír con las comedias son los yanquis. Pero El método Tangalanga, curiosamente, hace reír, porque no tiene miedo a pasar vergüenza ajena.
