Con datos de un libro escrito por Liliana Brezzo, Paranaländer escribe sobre el principal reivindicador de la figura de Francisco Solano López: Juan E. O’Leary.
Por: Paranaländer.
“Juan E. O’Leary” (El Lector-ABC Color, 2011) de Liliana Brezzo. He sacado los siguientes datos de este librito precioso.
Nació el 12 de junio de 1879 en Asunción hijo del argentino de ascendencia irlandesa Juan 0’Leary y de María Dolores Urdapilleta. Su madre tuvo tres hijos antes con Bernardo Jovellanos Bedoya muerto en la Guerra Guasú. El comercio del padre quedaba en Florida y 14 de Mayo. Había sido proveedor del ejército aliado durante la guerra, luego presidente de la Junta Económico-Administrativa y subastador público. De comerciante muy rico pasó a perder toda su fortuna acabando en la mayor pobreza. Murió en Pergamino (Argentina, adonde había regresado en 1906, a los 84 años en 1925). Su madre murió en 1923 a los 93 años. Su abuelo materno, el coronel de artillería Pascual Urdapilleta, construyó la actual Catedral (1846) durante el consulado de Alonso y Don Carlos. A los seis años ingresó al Colegio de Niños de la Encarnación. En 1893 cursó el primer año en el Colegio Nacional de Asunción. Entre sus maestros menciona a Domínguez, Gondra y Cecilio Báez. En 1898 se graduó de bachiller. No terminó ni medicina ni derecho (cursó hasta el tercer año). Trabajó en La Prensa dirigido por Blas Garay. Como repórter y sueltista ganaba 80 pesos. Colaboraba en el Instituto Paraguayo. En 1900 fue designado como profesor de Historia Universal en la Escuela Normal. De esa época se conserva una misiva de Boggiani. Designado como Profesor de Historia Americana y Nacional en el Colegio Nacional (1 de setiembre de 1900). Colabora en La Patria dirigido por Enrique Solano López. Ese año también conoció al diplomático guaireño Gregorio Benites que moriría el 31 de diciembre de 1909 y le regalaría (en 1905) su correspondencia inédita (1864-1883) con Alberdi.
En 1902 se casa con Dorila Gómez (de quien quedó prendado cuando la vio por primera vez en un palco del Teatro Nacional). Estuvieron casados 43 años hasta la muerte de ésta en 1945. Se conserva un Álbum con breves poemas y dedicatorias de los íntimos del joven novio O’Leary dedicadas a la prometida. La lista incluye a: Justo Pastor Benítez, Cardús Huerta, Pane, Campos Cervera, Brugada (h), Goicochea Menéndez, Eligio Ayala y Solano López. Vivirían en una casa sobre la calle Brasil que compró después de 1912 por 40 mil pesos prestados al Banco de la República. Tuvieron 3 hijos.
1902 es el año también de sus artículos periodísticos sobre la Guerra Guasú: Recuerdos de Gloria (26 textos) y Cretinismo Paraguayo (37 artículos hasta febrero de 1903). Firmaba con el seudónimo Pompeyo González. Y año de la gran polémica con uno de sus maestros (segundo semestre de 1902): Cecilio Báez. Báez cretinizó al paraguayo, a la “tiranía” de los López y Francia, a los jesuitas, a la colonia española en general. Un trabajo de reducción la historia de un país a una palabra extrapolada del naciente positivismo (en el fondo sinónimo de la barbarie sarmientista, peor, una barbarie biológica). Mientras, O’Leary, poeta, se jugó a otra basa, la de la historia trágica y heroica y su epítome, el Mariscal. Romantizó nuestra pobre historia. La volvió poética, interesante, bella como un poema de Borges aupado sobre las gestas de su ancestro militar, el coronel Suárez. Final sin sorpresas. Venció O’Leary a Báez y ambos quedaron enemistados para siempre.
En 1904 se produjo la revolución liberal de la que no participó O’Leary, aún adscrito a tal corriente. En 1906 se mudó a San Lorenzo donde compartía tren hasta Asunción con Viriato y Campos Cervera. Se reunían para tertuliar en el Archivo Nacional con Godoi. Una de sus fuentes para la idea de vindicación del Mariscal fue el libro sobre Juan Facundo Quiroga de David Peña que leyó en 1907. “López no cometió ni la millonésima parte de los crímenes de Rosas ni anarquizó a su patria como Quiroga. Es mil veces más grande que Rosas y Quiroga juntos”. En 1907 se reinstaló en Asunción y hasta 1912 vivió en un ranchito de Capitán Bado y Gaboto fuente a la puerta del Parque Caballero. Entonces conoció a Bernardino Caballero, con quien le unió una gran amistad hasta la muerte del general en 1912. Iban con Viriato a tomar baños en el tajamar de la quinta de Caballero. Y por su influjo O’Leary abandonaría el liberalismo y se afiliaría al Partido Colorado. Fue durante los sucesos de los cañonazos de Albino Jara su conversión. El 4 de julio de 1905, durante la presidencia provisoria de Cecilio Báez, fue decretado el estado de sitio, apresados y deportados los directores de los diarios como Solano López y entre ellos apresado y vejado en San Lorenzo Juan Emiliano. En 1911 fue designado Director del Colegio Nacional. En 1936 el Coronel Franco lo designó Ministro Plenipotenciario en España. Murió en Asunción el 31 de octubre de 1969. Hoy, su poema mayor, el Mariscal, descansa en el Panteón.
