¿Qué quiere, entonces, Sartre? ¿Un público sin industria? Es prácticamente imposible. Por: Derian Passaglia
Miércoles, 25/01 13:18
¿Será este el momento histórico, Francia en 1947, cuando la literatura dejó de ser una “diversión” como lo era en épocas anteriores, un pasatiempo, para transformarse en una materia de análisis intelectual y en un negocio académico? Dice Sartre: “A medida que el autor llega a un público más extendido, lo hace con menos profundidad; se reconoce menos en la influencia que ejerce y sus pensamientos se le escapan y se hacen torpes y ordinarios; son recibidos con indiferencia y escepticismo mayores por almas fastidiadas y abrumadas que, como no se sabe hablarles en su ‘lengua natal’, consideran todavía que la literatura es una diversión.”
Martes, 7/02 13:02
“Depende de nosotros, al fin de cuentas, que la literatura no se industrialice. Pero hay algo peor: tenemos lectores, pero no tenemos público”. Es contradictorio, el público supone una industrialización, algo masivo, algo que escapa al simple lector y que se transforma en una entidad indiferenciada, consumista, superficial. ¿Qué quiere, entonces, Sartre? ¿Un público sin industria? Es prácticamente imposible.
Miércoles, 8/02 13:03
A veces es profético y lúcido: “La suerte de la burguesía estaba ligada a la supremacía europea y al colonialismo. La burguesía pierde sus colonias en el momento en que Europa pierde el gobierno de su destino; ya no se trata de librar guerras de reyezuelos por los petróleos rumanos o el ferrocarril de Bagdad: el próximo conflicto exigirá un equipo industrial que el Viejo Mundo entero es incapaz de proporcionar”. Y habla de un “advenimiento del capitalismo abstracto”.
Sartre sabe que Europa está en decadencia, que Europa ya no va a ser lo que era, y que gana más poder el imperio yanqui y muy por detrás, muy en el fondo, China. Quizá busca también en la literatura, en el análisis del campo literario, las causas de la decadencia de su propio imperio.
