Paranaländer escribe sobre el libro “Touching from a distance” (Dobra Robota editora, 2017) de Deborah Curtis, viuda de Ian Curtis, donde se detallan algunos pasajes de la vida del músico, quien fuera lider de la banda Joy Division.
Por: Paranaländer
“We resist all of times mutations,
And lose our hands for all lost creations”
Ian Kevin Curtis (nacido el 15 de junio de 1956, en el Memorial Hospital de Old Trafford, Manchester) se suicidó el 17 de mayo de 1980 (antes asistió por tv Stroszek, una película de Herzog sobre un europeo que vive en USA y decide suicidarse antes de tener que elegir entre dos mujeres), fue cremado el 23 de mayo, el primer concierto con su banda Joy Division (aún se llamaban Warsaw) fue 29 de mayo de 1978 (Electric Circus, Manchester), el último el 2 de mayo de 1980 (High Hall, Birmingham University). Su padre era policía, él fue funcionario público (oficial asistente de reubicación de discapacitados), romantizaba sus orígenes irlandeses (le gustaba narrar sobre todo una matanza célebre), de chico su marcante su Hammy (jamonoso, por los cachetes de cara regordeta), tenía miedo a volar, nunca aprendió a manejar un auto, robaba vinilos que ocultaba bajo un sobre todo, como estudiante, a pesar de ser admirador de todo lo alemán no aprobó el O level de alemán, fumaba Marlboro, su anillo de casorio tenía media docena de pequeños zafiros que rodeaban un diamante diminuto de 17, 50 libras esterlinas comprado con la venta de su guitarra, musicalmente tuvo su fase glitter, su fase reggae, su fase punk…, tenía sexo con su esposa en el tren a Manchester, era racista, de derecha, siempre votaba por el partido conservador y obligaba a su esposa al mismo voto, tenía alergia a la luz solar, jamás hizo pogo con los demás, su idea de la música era que ésta debía comunicar tristeza, violencia o que describiera luchas contra obstáculos imposibles de superar, perteneció a la generación que desplazó a Manchester la capital musical del país, Rudolf Hess es tema de una de sus canciones, las juventudes hitlerianas adornan su primer EP, Joy Division era el nombre que daban los nazis a las prisioneras que dejaban con vida para prostituirlas con el ejército alemán, era zurdo pero su madre le obligó a escribir con la derecha cuando era chico, no era oiks de clase trabajadora como Barney Sumner (personaje desagradable y tosca) ni clase media como todos los rockeros de la ciudad de entonces, su perra border collie se llamaba Candy en homenaje a la canción Candy says de The Velvet Underground, goshes se llamaron por su forma de hablar las fans femeninas de la banda, tomaba fenitonía sódica, carbamazepina, valproato y fenobarbital para la epilepsia, bailaba parodiando sus ataques epilépticos, sus letras sombrías y depresivas inventaron un gótico contemporáneo (usaba un inglés arcaico y construcciones gramaticales decimonónicas), Unknown Pleasures (1979) fue reseñado por la prensa como El disco de la muerte, un alma torturada que no lavaba su ropa interior, fue lector de Dostoievski, Nietzsche, Sartre, Hesse, Ballard y fandom del libro de posters antinazi Fotomontajes del periodo nazi de Heartfield, la desesperación ha sido al esencia de su obra, a su amante le pusieron los perro de la banda el marcante de caldera belga, necesitaba de rivalidades en su vida y de las emociones que despiertan esos conflictos para poder escribir lo que escribía, entraba en hipnosis con mucha facilidad (Barney y al esposa de Tony Wilson lo hicieron y hasta le grabaron en un casete balbuciendo cosas incomprensibles), el 16 de abril de 1980 se olvidó que era el primer cumpleaños de su hija Natalie, su sueño era apenas editar un disco y un single y luego retirarse de Joy Division y unirse a un circo, mayúsculas desprolijas usaba para escribir las letras de su canciones y su carta de suicidio final.
Todos estos datos y más se pueden leer en el libro Touching from a distance (Dobra Robota editora, 2017) de Deborah Curtis, viuda de Ian Curtis.
